Salud

Foto / www.freepik.es / LA PATRIA / Si desarrolla molestias en las extremidades inferiores, acuda a un médico en el menor tiempo posible. No se automedique.

 

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La Insuficiencia Venosa Crónica (IVC) es un problema de salud pública en Colombia, que afecta significativamente la calidad de vida de miles de personas. De acuerdo con estudios epidemiológicos, la prevalencia de esta condición oscila entre el 25% y el 50% en la población adulta, siendo más frecuente en mujeres y en personas con factores de riesgo como la obesidad, el sedentarismo y la bipedestación prolongada (estar de pie mucho tiempo).

Investigaciones sobre personal de salud en Colombia identificaron una prevalencia de desórdenes venosos crónicos (entre el 8% y el 86,7%) en ellos, dependiendo de la ocupación y el tiempo de permanencia en pie.

Un elemento común de esta condición es que la IVC se acentúa con la edad. En personas mayores de 50 años, se observa hasta un 50% de prevalencia. Igualmente, el 40% de las mujeres tiene várices a los 40 años y el 40% de los hombres, a los 60 años.

Además de las afecciones físicas, la IVC tiene una carga importante en el aspecto emocional. Un estudio realizado en cinco países (Brasil, China, República Checa, Italia y Rusia) concluyó que 25% de los pacientes encuestados indicaron tener un sueño alterado como consecuencia de calambres o sensación de hormigueo persistente, que se agudizaba en la noche. El resultado: efectos negativos en sus relaciones, su trabajo y actividades diarias.

 

Factores de riesgo

La IVC es una enfermedad progresiva que, si no se detecta y trata a tiempo, puede derivar en complicaciones graves. Sus síntomas más comunes incluyen una sensación constante de pesadez y cansancio en las piernas, hinchazón en tobillos y pies (especialmente al final del día) y la aparición de venas varicosas visibles.

También pueden presentarse calambres nocturnos, dolor y cambios en la coloración de la piel, que adquiere un tono marrón debido a la acumulación de pigmentos. En etapas avanzadas, la enfermedad puede provocar úlceras venosas, lesiones difíciles de cicatrizar que afectan la calidad de vida del paciente.

 

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La IVC es causada por diversos factores de riesgo que dificultan el retorno sanguíneo. Tenga en cuenta:

 

- El envejecimiento debilita las válvulas venosas. Las mujeres tienen mayor riesgo, debido a cambios hormonales.

 

- La obesidad, el sedentarismo y la permanencia prolongada en una misma posición afectan la circulación.

 

- Los antecedentes familiares aumentan la predisposición. El tabaquismo daña los vasos sanguíneos, contribuyendo al desarrollo de la enfermedad.

 

Tratamiento integral

El tratamiento para la IVC pretende mejorar la función venosa y los signos y síntomas. La medicación comprende opciones terapéuticas tanto conservadoras, como invasivas. Entre las opciones conservadoras se incluyen el tratamiento físico: ejercicio, tratamiento compresivo y la terapia farmacológica. Entre las modalidades de intervención invasiva están: cirugía de las venas superficiales y profundas, y operaciones para la intervención de las varices.

La terapia de compresión, en tanto, es una modalidad de tratamiento estándar para la atención de las alteraciones en las vías venosas, que ha demostrado una curación más rápida: se puede lograr un alivio completo de las úlceras en un promedio de 5,3 meses en más del 90% de los casos después de aplicar esta modalidad de tratamiento.

Esta es un tratamiento que aplica presión controlada en las piernas, mediante el uso de medias de compresión. Esta presión, que va disminuyendo desde el tobillo hacia arriba, mejora el retorno venoso, reduce el estancamiento de la sangre en las extremidades inferiores y contribuye a que las venas dilatadas funcionen de manera más eficiente.

Entre sus principales beneficios, se destaca la prevención y el alivio de síntomas como pesadez, dolor y fatiga en las piernas; así como la reducción del riesgo de desarrollar “arañitas” vasculares, varices, coágulos o úlceras venosas.

En quienes ya presentan estas lesiones, la terapia compresiva acelera la cicatrización y mejora la calidad de vida, retrasando su aparición visible en las piernas promoviendo la movilidad y el bienestar general.

El uso diario de medias de compresión es fundamental para prevenir y tratar enfermedades venosas, especialmente, en personas con jornadas prolongadas de pie o sentadas. Adoptarlas y normalizar el uso, como parte de la rutina ayuda a mantener una circulación saludable y evitar la sensación de piernas cansadas al final del día.

 

* Con información de Essity Health & Medical y sus medias de compresión No-Varix.

 


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