Foto | EFE - www.biobiochile.cl - www.commons.wikimedia.org | LA PATRIA | Izquierda: Shimon Sakaguchi. Arriba: Mary E. Brunkow. Abajo: Fred Ramsdell.
Los descubrimientos relacionados con "la tolerancia inmunológica periférica", realizados por los científicos estadounidenses Mary E. Brunkow y Fred Ramsdell y el japonés Shimon Sakaguchi, los hizo merecedores del Premio Nobel de Medicina o Fisiología 2025.
Pero, ¿qué significa?. Este es un mecanismo del sistema inmunológico que evita que el cuerpo ataque a sus propios tejidos. También evita, según algunos de los textos científicos, que el cuerpo reaccione de una forma excesiva a algunos antígenos que no son, en principio, especialmente peligrosos y que actúan en la periferia del organismo.
Pasa que el sistema inmunológico aprende a diferenciar entre los organismos propios (los autoantígenos) y los extraños (los patógenos) y, en el interior del cuerpo humano, se establece la tolerancia central que, si funciona con normalidad, es capaz de eliminar algunos tipos de linfocitos (glóbulos blancos fundamentales en el sistema inmunitario para identificar y combatir patógenos).
Pero el sistema inmunológico no es capaz de eliminar todos los linfocitos, ahí es donde cobra importancia la tolerancia periférica, que trata de impedir que aquellos linfocitos que 'escaparon' ataquen a los tejidos del propio organismo, lo cual resulta fundamental para mantener el equilibrio entre la respuesta inmune frente a infecciones y para prevenir enfermedades autoinmunes.
Al detalle del Premio Nobel 2025
Sobre este asunto profundizó para LA PATRIA, el inmunólogo Edwin Pardo Díaz. Esto dijo el docente de la Universidad del Valle:
- ¿En qué consiste ese mecanismo de protección del propio organismo?
En ese contexto de la función del sistema de defensas, de proteger a lo propio para no dañarlo, hay dos grandes formas o mecanismos para lograrlo. Uno es que, cuando se están produciendo las células de defensa que se llaman linfocitos T, se trate de no tener o eliminar o dejar inactivas las células que probablemente pueda reconocer el propio organismo. Eso se llama tolerancia central. Entonces, el sistema viene hecho para que los linfocitos, cuando están madurando, lleven a esa capacidad: los que son autoreactivos se eliminan o se vuelven no funcionales.
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- ¿Qué significa ese concepto de tolerancia periférica?
La tolerancia periférica significa que, cuando ya se está dando la infección o la respuesta de defensa, unas de esas células se especializan en regular la respuesta, es decir, en que no nos salgamos de la respuesta protectora. Eso contiene, de alguna manera, que el cuerpo, por ejemplo, si tenemos una infección como la hepatitis B y debemos eliminar las células infectadas por el virus que está en el hígado, no dañe todo el hígado, sino solo las células infectadas. Así este órgano se protege.
Esas células reguladoras tienden a mantener el equilibrio, la homeóstasis de la respuesta que tenemos hacia los microorganismos, o incluso hacia los tumores. Es muy importante, porque antes se pensaba que todo dependía del desarrollo inicial de los linfocitos. Luego se vio que, cuando ya se dan las respuestas, también existen células T reguladoras, que ayudan a contener la respuesta.
- ¿Esto podría tener impacto en tratamientos de inmunoterapia?
Sí. Cuando se identificaron las células T reguladoras, se comenzó a evaluar cuáles eran los mecanismos que les daban esa capacidad. Ahí entran los investigadores norteamericanos, porque ellos descubrieron el mecanismo genético: cuál era el gen clave en el funcionamiento de estas células, llamado FOXP3.
- ¿Qué relación tiene ese gen con las enfermedades autoinmunes?
Hay pacientes en los que ese gen, desde el nacimiento, viene dañado y entonces desarrollan enfermedades autoinmunes, en las que el cuerpo se ataca a sí mismo. Si no tienen tratamiento, el sistema falla.
- ¿Qué beneficios terapéuticos puede tener este descubrimiento?
Ahora entendemos que, para reducir la respuesta alérgica o autoinmunitaria en personas con lupus o artritis reumatoide, potenciar la presencia de linfocitos T reguladores es muy importante. Esto permite que el cuerpo comience a tolerar sus propios tejidos y no genere tanta enfermedad.
- ¿Podría esto también servir para reducir el rechazo en trasplantes?
También se ha visto que tiene utilidad. Por ahora, estamos entendiendo qué hace que una persona tolere mejor un trasplante. Quienes tienen mejor componente regulador o linfocitos reguladores, presentan mejor sobrevida y calidad de vida después del trasplante.
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- ¿Qué otros aspectos destacaría del hallazgo?
Este descubrimiento también explica por qué algunos tumores o cánceres evaden la respuesta inmunitaria. El cáncer aprovecha esta funcionalidad del cuerpo, potenciando los linfocitos reguladores para que eviten que la respuesta normal de las defensas lo elimine.
Podríamos hablar de la cara A y la cara B del hallazgo. Hay enfermedades, como los tumores, que se aprovechan de la presencia de los linfocitos reguladores para impedir que la respuesta funcione bien y el cáncer prevalezca. En cambio, si no tenemos buena producción de linfocitos T reguladores, estamos más expuestos a enfermedades autoinmunes y alergias frente a elementos del ambiente.

Foto | Cortesía | LA PATRIA
Edwin Pardo Díaz, inmunólogo.
* Con información de EFE, agencia internacional de noticias.
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