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Los seres humanos descubren las letras con fascinación. Leer la primera palabra de la mano de una profesora o de la mamá o el papá es motivo de celebración para el pequeño lector que se abre a un mundo que nunca terminará de abarcar. La magia de la lectura brilla cuando se terminan las páginas de un buen libro. Por eso es que cuando se presentan espacios para que los lectores compartan, para que generen relaciones sobre sus preferencias, se construye una mejor sociedad.
Termina la IX Feria del Libro de Manizales, que organiza la Universidad de Caldas, en una ciudad que es la quinta en donde más dicen leer libros por año sus habitantes, según concluyó la Encuesta Nacional de Lectura que realizó el DANE en el 2017 y cuyos resultados nos los recordó hace poco la Cámara de Comercio. Esta encuesta también dice que fueron los manizaleños encuestados los que más dijeron que les gusta leer en Colombia, 38,2%, mientras que el promedio nacional se ubicó en 37,5%.
Lo que nos muestran las cifras es que hay camino para seguir ganando en la lectura, un tema clave para desarrollar el pensamiento. Ya hemos contado en este periódico del esfuerzo que se viene haciendo en las escuelas y colegios del departamento, en donde se estableció como política que se destine una hora diaria de la jornada a la lectura, lo que incentiva de esta manera el gusto por ese fascinante mundo y brinda competencias a los educandos, como está comprobado en diferentes estudios.
En Manizales han surgido escritores que han sido reconocidos por su obra, los mismos con los que los lectores han podido compartir en la Feria al lado de otras figuras de la literatura nacional. Pero aún parece que el circuito de escritores, editoriales y público no se conecta bien en la ciudad, seguramente por múltiples factores, pero uno es la falta de apoyo de entidades públicas y privadas. Por fortuna, la Universidad de Caldas se ha echado al hombro esta actividad, como lo ha hecho con otras, y consigue el concurso mínimo de otras entidades como la Cámara Colombiana del Libro o el Ministerio de Cultura, y unos cuantos patrocinios, insuficientes.
La IX Feria está dedicada a la ciencia ficción y la divulgación científica. Cuántas cosas fueron ciencia ficción en su momento, pero ahora son parte de la ciencia a secas. Eso lo permite la capacidad de crear mundos, de anticiparse a los hechos, pero también el desarrollar teorías y estudiar fenómenos que expliquen cosas que podrían suceder, así todavía sean improbables. La divulgación científica es un tema fundamental en una ciudad universitaria, porque las universidades también producen libros, muchos de ellos apenas para engrosar los anaqueles, y por eso es válida la discusión de cómo lograr que circulen más, que dialoguen mejor con su entorno y que se escriban digeribles para el público en general.

La Feria concluye mañana en el Centro Cultural Rogelio Salmona con una amplia actividad como la que ha tenido durante toda la semana. Es el momento de ir y conocer este monumento a la arquitectura y que ha sido dispuesto en esta oportunidad para esta actividad que llena el alma, la de los libros. El público apoya con su asistencia, su participación y si en el camino se compra un buen libro, seguro no se arrepentirá.