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Padres de familia, docentes, directivos de colegios y autoridades de la educación están en medio de un debate, debido a la propuesta de alternancia. Los problemas de conectividad en los hogares, la pérdida de interés por el estudio de numerosos niños y jóvenes y la falta de tiempo de sus padres para acompañarlos en las labores académicas, por tener ocupaciones que son fundamentales para llevar el sustento a sus casas, entre otras, tienen a gran cantidad de padres de familia clamando para que regresen las clases presenciales.
Por otro lado, también está el temor de gran cantidad de personas a que la presencialidad en los colegios signifique llevar el coronavirus a sus casas, ya que está comprobado que los niños y los jóvenes son los más eficientes vehículos de transmisión de la covid-19, debido a que ellos no son muy rigurosos con las normas de autocuidado que se deben tener en estos momentos. Para hogares en los que hay adultos mayores, mujeres embarazadas o personas con comorbilidades ese es un riesgo a tener en cuenta.
Como una opción posible a esta situación se impulsa la alternancia, en la que los niños y jóvenes pueden ir a las escuelas y colegios algunos días de la semana, y por grupos pequeños que cumplan normas de bioseguridad. En Manizales ya hay 9 colegios públicos y privados que comenzaron los pilotos, con lo que se busca combatir los problemas de la conectividad de internet, el desinterés de los niños y jóvenes por el estudio y brindarles un poco de ayuda a sus padres, quienes en buena proporción ya no están en casa.
Algunos critican que el Gobierno ofrezca esta alternativa cuando en Caldas y Manizales estamos camino al pico de la pandemia, con una aceleración significativa de los contagios, y cuando se acerca el fin del año escolar. En el caso de Caldas, inclusive, desde Educadores Unidos de Caldas (Educal) hay una posición radical de no volver a la presencialidad este año. La sociedad está, en este caso, en una gran disyuntiva en la que cada familia debe tomar decisiones muy responsables y poner sobre la balanza asuntos económicos, de salud física y mental y de calidad educativa para sus hijos.
La realidad de una pésima conectividad de internet, principalmente en áreas rurales, en donde se da una deserción involuntaria, lleva a pensar que lo más conveniente es regresar a las aulas, sobre todo en aquellos municipios en los que los niveles de contagio de la enfermedad son bajos. Un año perdido por la mala calidad de las comunicaciones es un antecedente pésimo para niños y jóvenes que esperamos sean los líderes que lleven a esta región y a Colombia hacia un mejor destino.

Sin embargo, lo más importante es que la salud mental de los niños y jóvenes en las actuales circunstancias está en riesgo. Además de la deserción de muchos alumnos, la coyuntura podría conducir a situaciones psicosociales como desmotivación por el estudio, incremento de la violencia intrafamiliar, frustración y hasta conductas de autoagresión que deben ser intervenidas sin más espera.