Frente a los últimos acontecimientos de preocupante violencia y terrorismo ha sido clara la invitación a todos los colombianos para laborar con la luz de la esperanza y recuperación junto al perdón y solidaridad. Este 27 de agosto coincide con tres aportes vitales que desde años atrás se han vivido en el ámbito de la fe eclesial como aporte a la realidad del mundo.

El 27 de agosto de 1635 murió en España el gran Lope de Vega, llamado el fénix de los ingenios, con una capacidad inmensa de creatividad literaria, manifestando un llamado a la vida según el Evangelio. De buena juventud, se casó y engendró varios hijos; después de enviudar fue ordenado sacerdote y enmarcó en su vitalidad creyente el aporte inmenso de su literatura.

Es considerado figura del siglo de oro de la Literatura española; 431 comedias, cientos de piezas dramáticas, poesías, novelas y teatro. Vale recordar obras como "La vega del parnaso, Fuenteovejuna, El perro del hortelano, El mejor alcalde el rey" y otras colosales páginas.

El 27 de agosto de 1910 nació Teresa de Calcuta, quien fuera nominada por su móvil fuerza de apostolado en busca de la justicia, la elevación del nivel de vida humana, el amor a los pobres más marginados, a "Mujer del año" en el 2000 y obtuvo el premio Nobel de la Paz por su humilde, pero eficaz labor; invitada a múltiples foros y conferencias, entre ellos el inolvidable pronunciado en la ONU.

Y el 27 de agosto de cada año se celebra en el calendario cristiano la memoria de una mujer de lucha infatigable y llena de esperanza por la entrada al camino recto del Evangelio de su esposo y de su inteligente hijo, Agustín, quien llegara a ser con el tiempo un gigante de santidad y misión: San Agustín; se trata de Santa Mónica.

Tres vidas bien definidas dando un aporte ejemplar para iluminar la marcha de la humanidad, encendiendo esperanzas, ofreciendo perspectivas de vida nueva, de superación de dificultades, de fuerza frente a los obstáculos y sobre todo del sostenimiento de las virtudes teologales: La fe en el proyecto divino en Jesús de Nazaret.