La penosa derrota 1-3 en la apertura de la Liga II, triste porque no hubo oposición ante un Nacional infinitamente superior, dejó claro lo que tanto se ha dicho y es que Once Caldas no tiene banca, cuenta con una plantilla muy básica y, si los nuevos no dan una mano, corre el riesgo de repetir la historia como animador, no como equipo de altas pretensiones.
Sin los titulares Cuesta, Malagón, Mateo, Alejando, Zuleta y Barrios, demasiado pobre la versión del blanco en un comienzo similar al del semestre anterior cuando fue goleado 4-0 por los verdes, a los que después les empató 0-0 en Medellín abriendo cuadrangulares, porque perdió, y feo, las otras dos veces que los enfrentó en Palogrande.
Y la estadística en aumento. En el año, Once Caldas ha sido incapaz frente a los grandes, reportando apenas una victoria sobre América que vino con los suplentes. Además, completó 10 jornadas sin sonreír triunfos, acumuladas en la caída 2-0 frente a Fluminense en Río, los seis partidos de semifinales y los amistosos en México contra Cruz Azul y Newells.
También el gol es un problema. Solo tres anotaciones en los últimos cinco juegos, todas de penalti por intermedio de Dayro Moreno, quien lleva 13 partidos sin convertir en acción de movimiento. Realidades que invitan a tomar decisiones, y en el registro de las novedades no se trajo un goleador y, por el contrario, se dio la salida de Gilbert Álvarez.
Ojalá los contratados respondan, pero el cuerpo técnico tendrá que trabajar muchísimo en definición porque ninguno es artillero consumado. Llegaron muchos volantes, la mayoría de buen pie, lo que obliga a proponer fórmulas ofensivas diferentes en la medida que Dayro no esté, con extremos que finalicen las diagonales, o con remates en distancia.
Otra alternativa usada por Once Caldas es la vía aérea a través de los centrales, con quienes deberá insistir porque tampoco vincularon hombres fuertes en ese sentido. Jefry Zapata es un buen cabeceador, y podría ser útil como delantero en ausencia de Dayro, porque por banda es limitado e inferior en condiciones a quienes llegaron.
Ahora, con la salvedad de la definición, el plantel tiene como responder y me ubicó en el ángulo opuesto al sector de aficionados que critican los refuerzos porque considero que trajeron futbolistas activos, con pasado, en edad todavía para rendir, que bien aprovechados y, por supuesto, dependiendo de su profesionalismo, tienen como elevar contenidos.
Me refiero particularmente a los atacantes Luis Sánchez, Deinner Quiñones y Luis Felipe Gómez que tienen más fútbol que Joel Contreras, Manuel Arteaga y Hugo Dorrego, a quienes remplazaron. Son talentosos, desequilibrantes, habilidosos y veloces, lógico que deben ponerse en forma y entender la oportunidad que se les está brindando.
Atrás, Once Caldas fue seguro con Malagón y Cardona, consolidados como zagueros con el complemento de Castaño y Riquet, más el apoyo de Kevin Cuesta, por verse, lo mismo que Efraín Navarro y Kevin Tamayo, los laterales que deben tallar a Cuesta y Patiño, los más cuestionados en el fondo, sobre todo el segundo.
Para el partido del miércoles cuando reanude la Suramericana en fase de repechaje contra San Antonio, en Bolivia, el único no disponible es Malagón. El resto de efectivos están listos con la tarea de borrar la pobre imagen que dejaron los suplentes ante Nacional, confirmar que se tiene con qué, y que se armó equipo para llegar lejos.
Hasta la próxima...