Cuando decidimos caminar de la mano con los jóvenes del Instituto Técnico Francisco José de Caldas (ITEC) para construir y ejecutar el primer Modelo ONU destinado a instituciones públicas de Manizales, sabíamos que el reto no sería únicamente logístico o formativo. Entendíamos que también debíamos gestionar la suma de voluntades que respaldara esta iniciativa ciudadana, liderada por jóvenes con un profundo sentido de empoderamiento cívico, interesados genuinamente en el cambio social y en una ciudadanía activa y participativa.
Ver a estos jóvenes movilizar un proyecto de ciudad, capaz de integrar a 16 colegios públicos, entre ellos tres rurales, y trabajar de manera horizontal con estudiantes y egresados del Colegio Granadino, se convirtió en el mayor de los propósitos para quienes, como adultos involucrados, decidimos apalancar todas las gestiones necesarias para que el proyecto no solo fuera posible, sino que contara con el presupuesto suficiente para cubrir cada detalle que un ejercicio de esta magnitud exige.
Como lo ha expresado la Cancillería de Colombia, uno de los aliados clave en este proceso, su intención al participar es clara: democratizar la carrera diplomática, abrirla a todos los ciudadanos sin distinción, y hacer de ella un camino al alcance de quienes sueñan con representar al país, sin que sus condiciones sociales, económicas o geográficas se lo impidan. Este Modelo ONU es, entonces, un primer paso hacia ese objetivo. Permite a los estudiantes vivir una experiencia directa de lo público, particularmente a través de los ejercicios prácticos realizados en la plenaria del Concejo de Manizales, en los que simulan debates y discusiones con la rigurosidad de las Naciones Unidas o de una corporación local.
Pero es importante dejar algo en claro: esta no es la única posibilidad que ofrece el modelo. En una visión holística de la educación, este espacio es una plataforma para desarrollar habilidades argumentativas, de oralidad, persuasión, concertación y trabajo en equipo. También permite abordar de manera transversal temas sociales, culturales, políticos y económicos, tanto coyunturales como estructurales, que se discuten diariamente en los escenarios nacionales e internacionales.
Antes del gran evento que se celebrará los días 17, 18 y 19 de septiembre, haremos una parada estratégica: una ruta formativa por instituciones clave de la ciudad de Bogotá, como la Cancillería, algunas embajadas, el Congreso de la República y el Parlamento Andino. El objetivo es claro: que los estudiantes que han liderado este proyecto desde el inicio puedan conocer de cerca las organizaciones en las que, con certeza, muchos de ellos podrán representar a nuestro país en el futuro.
El liderazgo de este ambicioso proyecto ha estado en manos del ITEC, y ha contado con el respaldo generoso de múltiples aliados: la Normal de Caldas, el INEM, la IE Auxiliar de Enfermería, la Cancillería, el Concejo de Manizales, la Secretaría de Educación, las universidades de Caldas y Autónoma, la Fundación Lúker, la Terminal de Transporte, Cúpula Films, y un sinfín de personas que han decidido donar su tiempo y poner su conocimiento al servicio de este sueño colectivo.
Una mención especial merece Simón Botero Aristizábal, estudiante de la IE Granadino, y Nicolás Zuluaga Trujillo, estudiante de Derecho de la Universidad de Manizales, quienes con su experiencia en diferentes Modelos ONU han aportado no solo conocimientos, sino inspiración y liderazgo a cada paso de este proceso.
En definitiva, este Modelo ONU no es solo un evento académico: es una declaración de principios.
Es la apuesta por una juventud que quiere dialogar, construir, representar, debatir y transformar.
Una juventud que no espera el futuro, sino que lo empieza a habitar desde hoy.