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En 1737 el compositor Georg Friedrich Haendel sufrió un ataque de parálisis que lo tuvo inactivo un tiempo.
El Maestro entró en una etapa de crisis creativa que se sumó a serios problemas económicos.
Tras varios fracasos estrenó en 1742 su precioso oratorio El Mesías cuyo Aleluya es una pieza maestra y sublime. 
Fue una obra que Haendel, de 51 años, compuso muy rápido, sólo en tres semanas, por inspiración divina.
Se dice que Haendel compuso esta obra en un frenesí y afirmó que había sentido la ayuda de Dios.
El gran músico estuvo ciego los últimos ocho años de su vida, pero lo aceptó y así siguió componiendo.
Destinó las ganancias de su obra El Mesías a obras benéficas y murió a los 74 años. 
Su vida nos ofrece valiosos ejemplos de amor por el trabajo, la aceptación y su superación.
@gonzalogallog