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 La razón para soltar el egoísmo no es la culpa. No es que sea un pecado, no es que esté mal. 
Todas esas motivaciones provienen de la conciencia inferior y de la autocrítica. 
 La razón para dejarlo es, simplemente, porque es poco práctico y no funciona. 
 Es demasiado costoso. Consume demasiada energía y retrasa el cumplimiento de los objetivos.
Por su propia naturaleza, el pequeño yo, sin amor, es la fuente de egoísmo y los apegos. 
 Todos somos seres poderosos, pero nos hemos vuelto inconscientes de nuestro poder.
Lo hemos negado y proyectado en los demás por no amarnos y por la sensación de pequeñez.
Ámate mucho y cambiarás el egoísmo por altruismo.
Ama a Dios para que llene tu corazón.
@gonzalogallog