Fernando-Alonso Ramírez
Periodista y abogado, con 30 años de experiencia en La Patria, donde se desempeña como editor de Noticias. Presidió el Consejo Directivo de la Fundación para la Libertad de Prensa en Colombia (Flip). Profesor universitario. Autor del libro Cogito, ergo ¡Pum!
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“La única razón por la que el país no empeora, a pesar de sus pésimos gobiernos, es porque Colombia se sostiene sola, por el rebusque de sus gentes”.
Así comienza Unas palabras previas, el primer artículo que forma parte del libro No llegó el cambio y hacia atrás asustan, del pensador colombiano William Ospina. Ese texto fue publicado el 29 de abril del 2023 y el más reciente es de abril del 2025.
En definitiva se trata de artículos publicados por este escritor en torno a lo que ha sido el Gobierno de Gustavo Petro, el primero de izquierda en Colombia. Los textos son una radiografía bastante descarnada de este cuatrienio.
Me hizo recordar a una vieja crítica que le hizo al régimen liberal que llegó al poder en los años 30 del siglo pasado, después de lo que se conoció como la República Conservadora. En su libro Pa' que se acabe la vaina, manifestó que la desazón del país porque los liberales llegaron a repetir las maneras de los anteriores gobernantes era razón suficiente para que la cuenta de cobro para estos incapaces de emprender los cambios fuera más grande.
Como plus, un texto leído en la Cop16 en Cali sobre salvar el río Magdalena, titulado Para pedirle al río que nos salve, en el que recuerda que este país no solo les ha dado la espalda a sus corrientes de agua y a sus mares, sino que además los ha vuelto “desagüe de todos nuestros errores y profanaciones”.
A William Ospina le han llovido rayos y centellas por haber cantado su voto a favor de Rodolfo Hernández, y aquí vuelve a decir por qué prefería al ingeniero santandereano, que a quien se vendía como el progresista de turno. Y nos recuerda que el Gobierno de Petro ha sido nefasto, pero no quiere decir que estábamos muy bien, sino que hay que corregir muchas cosas del país, para que la riqueza sea mejor distribuida.
También resulta interesante el llamado de atención que hace en varios artículos a Estados Unidos para que sea un buen amigo y no el impositivo socio que se ha vuelto. Que piense más en nuestro desarrollo y nos ayude como país.
Cierra el libro también con un canto de esperanza hacia las gentes que hacen posible que este país siga adelante y cuente buenas historias, a pesar de políticos oportunistas y corruptos: “...no han dejado de abrirse en las ciudades y en los campos las flores de la esperanza, miles de luchadores populares han mostrado su rostro y es grande el peligro de que un gobierno no avanza en cambios profundos deje a toda este gente ávida de soluciones y de otro futuro a merced de las fuerzas oscuras que siempre están agazapadas para defender privilegios”.
Subrayados
- ¿Qué no haría este país admirable con una pizca de gobierno efectivo, con una economía legal poderosa, capaz de proteger a todo el mundo de los negocios criminales y del deber de ilegalidad?
- Petro es el hombre de los diagnósticos correctos y de las soluciones equivocadas.
- Si los pobres no pueden vivir su pobreza con dignidad, los ricos no podrán vivir con tranquilidad su riqueza.
- Colombia padece de un solo problema (…) la falta de una economía legal, productiva, incluyente, generosa y justa.
- Basta ver hoy a la América Latina para saber que aquí no se está abriendo paso la extrema izquierda ni la extrema derecha, sino la extrema vanidad.
- No podrá ser vocero de la complejidad colombiana alguien que no dialoga siquiera con sus propios ministros.
- El poder vivido como una embriaguez es excitante, pero la resaca es tormentosa.
Foto | LA PATRIA
'No llegó el cambio y hacia atrás asustan', el más reciente libro del pensador colombiano William Ospina.