Fanny Bernal Orozco * liberia53@hotmail.com
Cada vez la palabra resiliencia es más usada en diferentes contextos, lo que parece indicar que muchas personas saben su significado. No obstante, no es del todo cierto, por ello es importante conocer su origen y definición.
El termino resiliencia viene del verbo en latín ‘resilio’, el cual significa ‘rebotar o saltar hacia atrás’. A partir del siglo XVII se empieza a usar en la lengua inglesa y posteriormente es utilizado en física, con el fin de demostrar la firmeza que tienen algunos materiales, para resistir fuertes impactos sin romperse.
Luego, en el año 1950, Norman Garmezy (18 de junio de 1918 - 21 de noviembre de 2009), profesor de psicopatología del desarrollo, fue conocido como el abuelo de la teoría de la resiliencia; y Michael Rutter (15 de agosto de 1933 - 23 de octubre de 2021), llegó a ser considerado como ‘el padre de la psiquiatría infantil’, investigador de los mecanismos de protección.
Ellos se dieron a conocer, además, por afirmar que la resiliencia es la interacción entre los mecanismos de protección y los factores de riesgo, en tanto, ‘es la capacidad de tener una vida sana en un entorno insano’.
Poco después, se comenzó a usar la frase ‘flexibilidad social’, la cual fue explicada como la capacidad que puede desarrollar una persona para ‘sobreponerse a un dolor emocional’ y salir victorioso de esta situación, a partir de nuevos y significativos aprendizajes.
Muchas de las teorías que se conocen hoy acerca de la resiliencia, son el resultado de investigaciones realizadas con niños en entornos difíciles. Sus afirmaciones se enfocan en afirmar que los vínculos y apegos sanos, las redes familiares, sociales, educativas y culturales; así como la empatía y la solidaridad, son pilares esenciales para que se genere el desarrollo de la resiliencia.
El sociólogo Estefan Vanistendael, nacido en 1951, otro investigador de la resiliencia, afirma que "la resiliencia es la capacidad de un individuo o de un sistema social, de vivir bien y desarrollarse de forma positiva y de un modo socialmente aceptable, a pesar de condiciones de vida difíciles".
Es importante, así mismo, analizar los factores de riesgo y los elementos y principios protectores que rodean a una persona y a una comunidad, para poder desarrollar actitudes resilientes, las cuales son tanto internas como externas.
Colombia tiene una enorme historia de personas resilientes que vale la pena nombrar y recordar como homenaje a su esfuerzo, voluntad, empatía y motivación para transitar sus dolores, miedos y amenazas, para recorrer sus caminos con dignidad y entereza.
Mujeres y hombres que han logrado formar nuevas comunidades y a través de sus proyectos, paliar y atenuar sus penas y desconsuelos. Un ejemplo de ello, son los grupos de tejedoras, en los cuales también trabajan hombres y niños, espacios en los que, entre agujas, hilos y muchas manos, palabrean sus pérdidas y dolores; mientras tejen y entrelazan empatía, solidaridad y esperanzas.
Entre estas experiencias y enseñanzas, vale la pena conocer y reconocer, los aprendizajes cristalizados por El taller de Tejido para la Resiliencia, Las Tejedoras de Mampujan, quienes ganaron el premio Nacional de Paz en el año de 2012.
- Y usted, ¿se considera resiliente en su vida cotidiana?
* Psicóloga - Docente titular de la Universidad de Manizales.
www.fannybernalorozco.com
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