Fanny Bernal Orozco * liberia53@hotmail.com
En nuestro país se ha hablado, por muchos años, de salud mental en colegios, escuelas, universidades, empresas, en las cuales -a pesar de la urgencia de aprender sobre la importancia de ésta en la vida de los seres humanos- solo hasta ahora se reconoce como un derecho fundamental.
La aprobación de La Ley 2460 de 2025, conlleva a asumir un desafío en el quehacer profesional, ante la responsabilidad para hacer cumplir dicha Ley, ya que una cosa es que se conozca la misma y otra, que los consultantes puedan acceder a recibir un trato digno, el cual empieza con la fundamental tarea de que las personas sean escuchadas de manera empática y respetuosa.
La Ley dice que debe realizarse: promoción, prevención, atención y rehabilitación, “…en cada colegio, en cada hospital, en cada familia que necesita apoyo”. También declara: ‘… el gobierno
deberá garantizar la formación de nuevos profesionales y mayor cobertura en territorios históricamente olvidados’. (GOV.CO. Función Pública).
La página ConsultorSalud informa que, en Colombia, los trastornos más comunes son la depresión y la ansiedad y que muchas personas tienen un diagnóstico de trastorno mental sin recibir tratamiento, de ninguna clase.
Por otra parte, el suicidio se ha convertido en una emergencia de salud pública, la cual tiene implicaciones en la salud emocional de familiares y personas cercanas que, en la mayoría de los casos, no reciben ningún apoyo profesional.
Quizás esta información ya no sorprenda a nadie, puesto que no pasa un día sin que se difundan por diferentes medios, miles de casos relacionados con la vida y la muerte. Muertes trágicas y dramáticas, como consecuencia de la desbordada violencia y la delincuencia que se vive a diario. Un país en el que se siente de manera cotidiana el miedo y la amenaza.
Personas que no pueden salir de sus territorios, niños y adolescentes que no pueden ir a la escuela, seres humanos que no pueden acceder a los servicios médicos, a pesar de sus enfermedades y que reciben un trato indigno e indiferente.
Colombia tiene, a nivel internacional, un gran reconocimiento en cuanto a promulgación de leyes. Eso significa que existe un ordenamiento jurídico que es importante, pero no suficiente. Hay una brecha entre el marco normativo y la legitimidad, lo paradójico de esto es que hay que recurrir a:
- Acciones de cumplimiento, tutelas, derechos de petición, entre otros, para asegurar y avalar los derechos que están establecidos y, sin embargo, esas alternativas, una vez falladas a favor de personas y comunidades, tampoco son garantía para su cumplimiento.
De otro lado, se está haciendo costumbre, aprobar leyes sin presupuesto ni infraestructura, ni profesionales, en un país en el cual la deshumanización y la mercantilización de la salud, nos pone a los colombianos a ver las leyes como una lejana ilusión, que difícilmente se hace realidad.
Para la muestra un botón:
Una señora en duelo por viudez, llega a consulta a una entidad por una muerte imprevista y dramática, que causa dolor y horror. Es atendida en 45 minutos espaciados en 8 meses. La profesional, al verla llegar en la tercera cita, arreglada y de mejor ánimo, le dice: 'Hoy podemos cerrar el proceso, la veo muy bien'.
* Psicóloga - Docente titular de la Universidad de Manizales.
www.fannybernalorozco.com
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