Fanny Bernal Orozco * liberia53@hotmail.com
La mente puede ser una aliada en la vida de cada ser humano para hacer su día a día mejor o, incluso, puede ser su más poderosa enemiga. Los pensamientos tienen poder y generan emociones, reacciones y expresiones, que no siempre son las deseadas y, por el contrario, pueden entorpecer cualquier proyecto y generar daños y dolores.
A partir de diversas investigaciones en neurociencia, se ha podido conocer el poder del cerebro y cómo este, mediante diferentes mecanismos recibe información e interactúa con estímulos internos y externos de las personas, debido a la neuroplasticidad, que es la capacidad de aprender, desaprender y adaptarse a diferentes experiencias y condiciones de vida, a partir de nuevas conexiones denominadas sinapsis.
Algunos investigadores han encontrado que el cerebro puede generar nuevas neuronas y realizar cambios y adaptaciones, cuando es necesario. Por supuesto esto no es algo mágico, requiere estar atentos, asumir con voluntad y disciplina la observación; así como la capacidad y motivación para cultivar transformaciones que le ayuden a estar mejor.
En este sentido los nudos y ataduras que la mente mantiene, con el paso de los días se convierten en una gran maraña, cuando las personas no prestan atención a los pensamientos intrusivos que los invaden o a los comportamientos nocivos, que poco a poco van cobrando un alto costo en su salud mental y psicológica.
Así entonces, diálogos internos que están hechos de pensamientos incongruentes, dañinos e indeseados, aunque sean cotidianos en muchas personas, pueden convertirse en nudos y ataduras ofensivas y nocivas que atentan contra la salud mental, cuando se permite que invadan la mente y hasta la colonicen. Por ello hay que mantener una actitud de escucha interna y de alerta consigo mismo, para asumir acciones que permitan hacer prevención y autocontrol.
Los nudos y las ataduras son creencias limitantes que coartan la libertad emocional y restringen el sosiego y la armonía interior. Algunos ejemplos de ataduras se configuran a partir de relaciones en las cuales se pierde la autonomía, la autoestima y la dignidad y también cuando aparecen los prejuicios sociales que surgen de ideas irracionales; situaciones estas que van acompañadas de un pobre principio de realidad o que hacen que se prefiera estar en una zona de confort, a pesar de las negativas consecuencias.
Lo anterior significa que, en algunas situaciones personales y emocionales, el hecho de fortalecer la neuroplasticidad, implica tener y mantener hábitos que generen estimulación constante, como son el ejercicio físico, una alimentación balanceada, hábitos de sueño reparadores, lecturas de diversa índole, el aprendizaje de otro idioma, realizar tareas artísticas y creativas; además de tener y mantener una adecuada red de apoyo familiar y social.
Por supuesto que esto requiere voluntad, motivación, disciplina, responsabilidad y autocuidado emocional. Solo así, los nudos y ataduras que se van tejiendo, se pueden desanudar para darle cabida a otras ideas, pensamientos, aprendizajes, creencias y relaciones, a través de las cuales, poder cultivar y fortalecer la salud emocional.
* Psicóloga - Docente titular de la Universidad de Manizales.
www.fannybernalorozco.com
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