En un momento crítico de su vida deportiva, Dayro Moreno espera un nuevo llamado a la Selección Colombia. Llegaría por las ausencias forzosas de los elegidos, la presión de los patrocinadores, especialmente Águila, y no por la convicción del entrenador Lorenzo.
Su rendimiento actual es discutido y atraviesa horas bajas.
Entre tanto, con su continuidad en entredicho en el Once Caldas, sin ofertas formales de otros clubes, no oculta su deseo de permanecer en el Club con la aprobación del Arriero, pero la negociación que se adelanta es lenta y sujeta a condiciones.
Sueldo y disciplina son los mayores obstáculos. De nuevo sería punta de lanza en el proyecto que da pasos para el próximo año.
Preocupa la anunciada partida de jugadores, porque no están en los planes o porque ven atractivo su fútbol en otras partes. Muchos resentidos por la virulencia crítica de los medios y la hostilidad de la hinchada.
James Aguirre por decisión propia busca otros caminos. Joan Parra apunta como su reemplazo y se rastrea otro portero.
Sin el visto bueno para continuar- se encuentra en estudio- permanece Juan Castaño. Tiene sentido de pertenencia, es rápido, aguerrido, poco técnico... pero desbocado.
Entre los que preparan maletas, Alejandro García. Divide, como ocurrió siempre, opiniones en las gradas.
Se marcha como agente libre en diciembre, como ocurrió alguna vez con Elkin Soto, sin beneficios económicos para el club.
Hernán Darío Herrera, ratificado, con la extensión de su contrato garantizada diseña planes para el próximo ejercicio.
Bueno sería reforzar su grupo de asesores. Con experiencia, la que no tiene Felipe Rozo. Este último, con un perfil menor, debe continuar su aprendizaje.
Entre tanto, con la exigua luz de la esperanza en la clasificación, la que parece utopía, prepara su próximo partido contra Pasto, con la reaparición confirmada de Luis El Niche Sánchez. Ninguno de sus reemplazos, tuvo el nivel adecuado.