A principios de agosto tuvimos nuevamente la oportunidad de visitar el departamento del Huila. Participamos en el IV Seminario Citrícola de Asohofrucol en Neiva y recorrimos los municipios de Gigante, Guadalupe, Paicol, Tarqui, Pitalito, Suaza, y La Plata, donde se viene gestando un buen ejemplo de asociatividad de pequeños y medianos productores de limón.
Más allá del susto que nos pegamos por los atentados que se dieron en la región, este viaje nos sirvió para validar lo que podemos potencializar desde el macizo colombiano. Empecemos por mencionar que están logrando sacar un limón con contenido de jugo por encima del 35%, con una tonalidad verde oscura y un grosor de cáscara aceptable para poder ser exportado a Europa y Estados Unidos. La asociación Limones del Macizo con el apoyo de Asohofrucol viene realizando una tarea ejemplar de trabajo en equipo con costos de producción entre $500 y $800 pesos por kilo.
El liderazgo de su presidente, Carlos Torres, ha permitido agremiar 54 socios que en su gran mayoría vienen ejecutando el modelo de Agricultura Tropical que a muchos nos tiene “desaprendiendo” y motivados ante los contundentes resultados.
Como lo menciona Asohofrucol, “Somos Agricultura Tropical” es un modelo productivo ambientalmente sostenible que promueve las prácticas agrícolas que respetan la naturaleza y la cultura campesina. Nuestro modelo tiene como objetivo aumentar la producción y rentabilidad hortifrutícola del país por medio de la gestión del suelo, del agua, de la fauna, flora y del ciclo natural de la nutrición vegetal.
Este modelo requiere ser acompañado por diversas entidades del estado. El Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) debe aumentar la implementación de predios exportadores para evitar riesgos fitosanitarios y evitar pérdidas de admisibilidad en países estratégicos. Las cifras no me cuadran cuando relaciono limón exportado, limón producido por región y número de predios certificados con la resolución ICA 824. Estimo que más del 50% del limón que se está exportando no cumple la norma, y como siempre, las autoridades fiscalizan al que hace las cosas bien, y al ilegal e informal lo terminan protegiendo.
También necesitamos que el ICA y el Ministerio de Agricultura sean más diligentes en los procesos y negociaciones de admisibilidad. En cuanto a la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, AGROSAVIA, requerimos que haga honor a su nombre y a su propósito. ¿Qué tal la creación de nuevos patrones de árboles para afrontar los nuevos retos climáticos y de exigencia de ficha técnica de la fruta? ¿O el aumento de vida en el anaquel del limón?
Por último, en la visita al Macizo colombiano comprobamos una vez más que esas mal llamadas reformas agrarias donde entregan tierra solo para conseguir votos y poder jamás van a funcionar. El problema va más allá, y se trata de modelo de negocio, de propuesta de valor, de encadenamiento productivo, y sobre todo de quién y cómo van a trabajar la tierra. Por eso en nuestra intervención en el congreso citrícola, aprovechamos para enviarle un mensaje a la senadora Zuleta y a su combo Petrista: Las instituciones en Colombia las vamos a proteger.
Siempre habrá algo que mejorar, y así lo hace de manera permanente Asohofrucol. No nos vamos a dejar quitar el Fondo Nacional de Fomento Hortifrutícola para que ustedes lo destruyan y lo usen para las elecciones del 2026.