Principio fundamental en la administración de toda organización es la identidad de todos los miembros que la integran con sus postulados, filosofía, cultura y normatividad, empezando por la máxima autoridad jerárquica.
En Colombia el presidente ha pretendido que tal identidad sea con los suyos particulares, antes que con la organización país; que sea hacia su persona, sus pretensiones y caprichos individuales bajo la falacia que son los del pueblo. De ahí los reiterados cambios en su gabinete ministerial y otras posiciones claves de la Administración, como lo ocurrido con los últimos ministros de Justicia y del Interior, cuyos titulares con una oscura trayectoria profesional se han empecinado en sostener mediante argucias jurídicas y políticas argumentos que la gran mayoría de profesionales con mejor y más claro recorrido en esos terrenos les han derrumbado al tenor de la Constitución y la ley.
Petro, encerrado en su ego y obstinación, prefiere atender a sus escuderos y no a quienes le quieren hacer ver sus errores. Las demandas en su contra, con tal cantidad de adefesios y pasos en falso, algún día le pueden representar serios dolores de cabeza, tal como él se los está generando a Colombia en los diferentes campos, renunciando prácticamente a su función principal de gobernar. El decretazo para la consulta que finalmente debió resignar después de haberle servido para chantajear al Congreso para que le aprobara su reforma laboral, seguro le dejará graves secuelas jurídicas.
Muy atinados los planteamientos en ese entonces del profesor Mauricio Gaona, hijo del magistrado Manuel Gaona Cruz, sacrificado en la toma del Palacio de Justicia en noviembre de 1985 protagonizado por el M-19 teniendo a Petro en sus filas, en medio de debate de la W Radio con Montealegre, ministro de Justicia, a quien destrozó con su argumentación jurídica, como ya lo han hecho otros reconocidos y experimentados juristas. Gaona pronostica que el año entrante será el más crítico para la vida republicana de Colombia desde su creación. Algo que nos debiera mantener en alerta máxima. El anuncio de convocar Asamblea Constituyente ratifica las pretensiones Petristas de aferrarse al poder.
Aparte, Petro de nuevo se sigue quejando de la pobre gestión de su equipo de Gobierno, frente al cuadro presentado por Planeación Nacional sobre ejecución de inversiones realizadas este año, comenzando por los ministerios de la Igualdad (solo 1,9%), Salud, Interior y Hacienda con indicadores inferiores al 5%. Y sigue insistiendo en crear más impuestos con nueva reforma tributaria para recaudar de $19 billones a $26 billones.
Ratificó ante sus ministros que “está aburrido de llamarles la atención” y aunque los señala como responsables de lo que no se ha cumplido, es obvio que ocurra por la forma como ha pretendido armar un equipo sin la debida capacitación y solo obediente a sus caprichos. No le sirven preparados y capaces, sino ser fieles a su causa individual. Por eso busca bajar las exigencias de preparación para quienes aspiren a ocupar cargos de primer orden en su Administración como lo pretende también para embajadores.