Ahora y en tu interior
Señor director:

En el libro “el poder del ahora” de Eckart Tolle, hay una sencilla parábola que es un interesante punto de partida. Un mendigo llevaba sentado a la orilla del camino por más de 30 años. Pasa un día un desconocido. “Una monedita”, suplicó el mendigo. “No tengo nada que darle” – dijo el desconocido. Y añadió: “¿qué es eso en lo que está sentado?” “Nada” contestó el mendigo. “sólo una caja vieja. Desde que tengo memoria estoy sentado en ella”.  “Y alguna vez has mirado que hay dentro?”. “No” dijo el mendigo. “Para qué?. No hay nada”. “Échele una ojeada”. Luego, el mendigo abrió la caja y vio que estaba llena de oro. Así que todos debemos mirar dentro. No dentro de una caja sino en un lugar más cercano e íntimo, dentro de ti mismo. “Pero yo no soy un mendigo” dirá cada uno de los lectores de este escrito. Si no has encontrado la verdadera paz y la alegría de ser, así tengas mucho dinero, eres en verdad un mendigo. Sabemos que hay personas con mucho dinero, poder, fama y que se sienten solitarios, deprimidos, sin sentido su vida. Verdaderos mendigos. De ahí la importancia de entrar en tu interior y descubrir ahí la riqueza espiritual, las energías positivas que nos permiten afrontar las dificultades, las vulnerabilidades que son propias del ser humano. Tú puedes decir: “es que nunca lo he hecho. No me enseñaron a hacerlo”. Pero la invitación es que lo hagas ahora. Ahora, en media hora. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. ¿Y cómo hacerlo? Busca un lugar tranquilo, sin ruidos, sin molestias sensitivas. Y sé consciente del silencio, primero tomando conciencia de los ruidos que alcancen a llegar a ti. Y el silencio te irá conduciendo hacia tu interior.
Hay ahí, en tu interior, energías positivas que puedes sentir localizadas en cada parte de tu cuerpo: cerebro, columna vertebral, corazón, pulmones, corriente sanguínea. Siéntelas y respira profundamente. Toma el aire por la nariz, sintiendo que ese aire es todo lo positivo que hay y que tú deseas: paz, amor, tranquilidad, perdón, salud. Y bota el aire por la boca, sintiendo que salen de tu interior todo lo negativo que tú no deseas: conflicto, enfermedad, violencia, preocupaciones, tristezas. Así estás entrando en la hermosa vivencia de la meditación. No pienses…deja que tu mente descanse….no hables con ideas preocupado por estar ocupado. Vive esta experiencia de la meditación, sin referencia al tiempo, al reloj, al ruido interior que nos mantiene fuera de nuestra esencia espiritual. Silencio, respiración, meditación. Tres experiencias para ir encontrando un tesoro que hay dentro de ti. Tu esencia espiritual que te hace valorarte y valorar todo lo humano que está lleno de Dios. Es ahora. No lo dudes: tu verdadera riqueza eres tú mismo, consciente de lo más íntimo de ti mismo: energía espiritual.
Alirio De Los Ríos Flórez. 

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