La esencia de la poesía
Señor director:
Don Elceario de J. Arias Aristizábal, frecuente corresponsal de este espacio periodístico, sostiene, y con sobrada razón, que la poesía es la quintaesencia de la literatura.
Preguntémonos, entonces, cuál es la esencia de la poesía. Para dar una respuesta acudamos al Estagirita, el Maestro Aristóteles, el Filósofo (como lo denominaba Santo Tomás de Aquino en la Suma Teológica). No lo interroguemos directamente acerca de la esencia de la poesía, no obstante haber escrito él sobre poética; pidámosle prestada su teoría o doctrina metafísica, ontológica, el hilemorfismo (del griego hýle=materia, morfé=forma).
La esencia de cualquier ser, de todo ente, está compuesta por su materia y por su forma. Por ejemplo, la esencia del hombre: el ser humano es un compuesto de cuerpo y alma; la materia es el cuerpo, el alma es la forma. O, si así lo preferimos, la animalidad es la materia, la forma es la racionalidad: el ser humano es, por consiguiente, animal racional, esta es su esencia.
Ahora bien, el poeta, para merecer ese calificativo, ha de plasmar en sus obras, en sus poemas, dos elementos. Uno de ellos es el pensamiento, el mensaje que quiere dar, la idea; el otro es la expresión externa de la idea, y esa expresión externa, ese revestimiento literario, es la musicalidad. Por su parte, la musicalidad es la integración de otros dos principios, a saber, la rima y el ritmo o métrica.
Dejemos que los amables lectores indaguen en el diccionario o le consulten a Mr. Google para saber en qué consiste la métrica y qué es la rima. Y concluyamos afirmando que la esencia de la poesía es la combinación de la idea (o ideas) con la musicalidad. Es bueno advertir que es preciso incluir el sentimiento, los sentimientos, dentro de la idea o muy junto a ella.
Cabe entonces especular o hacer una disquisición inoportuna: los que se consideran o son considerados poetas -muchos de ellos, de esta época casi todos- y las así llamadas, también, poetas (que no poetas sino poetisas) ¿plasman en sus versos ese amasijo inspirado y cuasidivino, fabricado de pensamiento y música?
Atentamente,
Jaime Pinzón Medina
¡Extra! ¡Contra el alzheimer!
Señor director:
Acaba de salir en USA un medicamento que ayuda en la lucha contra esta enfermedad: el Lekembi (¿se escribe así), aprobado por la FDA. Pero es costosísimo, veinticinco mil dólares o más.
Hay otro remedio, y baratísimo, el maní. Experimentos científicos en laboratorios de Estados Unidos y de Europa han demostrado que el maní es lo que más ayuda a la memoria, lo que más ayuda a recordar. La prueba es que usted se come un maní... ¡y ahí mismo se acuerda... de comerse otro!
Atentamente,
Don Cecilio