Abejas mayas y panches
Señor director:
Al atracar Cristoforo Colombo Fontanarrosa el 12 de octubre de 1492 a la isla de San Salvador por serendipia al exuberante Nuevo Mundo y considerando que había arribado a las Indias Orientales, los españoles encontraron maravillas, generando en sus mentes estupor, admiración, asombro y confusión por los animales, plantas, riquezas de todos los colores, armas y costumbres, carentes de nombre en el idioma castellano, con una antigüedad cercana de 14.000 años.
Huella histórica que motiva a contextualizar el respeto a la diversidad en Colombia, Guatemala, mesoamérica y el planeta, por considerar la misma el análisis de seres humanos, muy distintos a quienes habitaban estas ricas tierras invadidas. Y así, evitar usurpar la verdad verdadera de los indígenas, cuando afirmamos equivocadamente, nuestros indios, como si fueran propiedad de nosotros.
Para los mayas, el conjunto de caracteres autóctonos de su raza, en esencia de Mesoamérica, que sobresalió por más de dos milenios, el cosmos se originó el 13 de agosto de 3114 a.C. Las culturas ancestrales de Colombia y Guatemala están enchufadas por las vocaciones Pacífico y mar Caribe-océano Atlántico en sus aplicaciones con las abejas meliponas, endémicas en la península de Yucatán, esencia de la meliponicultura, desde la época precolombina y las abejas angelitas, asentadas en el norte del Tolima y consentidas de sus primitivos pobladores, los gualíes, guarinoes, bocanemes, mariquitanes, hondamas, bledos y coloyes de las tribus pantágoras y panches de la familia caribe.
Para los mayas, las abejas meliponas o angelitas constituían agentes polinizadores en plantas y cultivos como el aguacate, calabaza, café, chiles, mango, pepino, sandía y tomate. En la cultura panche-pantágora, las angelitas eran polinizadoras de arbustos, hortalizas, legumbres, matas y verduras.
En la ciudad de Armero, departamento del Tolima, antes de la tragedia anunciada de 1985, existían 25.000 colmenas de angelitas, importantes en la polinización de los cultivos de aguacate, ahuyama, algodón, arroz, café, flores, frutales, maíz, millo y sorgo. Abejas que producían 20 litros por colmena al año, según estudio que nos permitió participar en el concurso nacional de la ciencia en 1973 con el destacado médico oncólogo Ramiro Sánchez Ramírez y el economista Hernando Ayala Ayala.
En el solar de mi residencia ubicada en Armero – Tolima, las hermosas abejas angelitas habían establecido 15 colmenas y polinizaban los frutales de anón, banano, coco, chirimoya, guayaba, granada, mamoncillo, mamey, mango, naranja y níspero, dándole vida a la vida. En la segunda morada heredada, funcionaba la minga integradora de panches y pijaos.
Los mayas desaparecieron entre los siglos VIII Y IX, porque no asimilaron las sequías, la sobreexplotación de los recursos naturales, las guerras fratricidas y la desintegración familiar. El cambio de la tierra por la extensa temporada seca duró 80 años de 1020 a 1100 que ocasionaron conflagraciones y desestabilización política.
La cultura maya floreció a partir del 2000 a.C. hasta 1540 d.C. Cuando los invasores españoles partieron hacia América Central- Mesoamérica en 1517, el objetivo era domeñarlos, pero al desembarcar, el poder político y económico que había construido pirámides simbólicas en la región, con una población de dos millones de habitantes se había esfumado. Los primeros europeos en doblegar a los mayas estuvieron al mando del hombre nacido en Medellín-Extremadura, Hernán Cortes, quien en 1523 envió a su lugarteniente Pedro de Alvarado a las tierras bajas de Guatemala.
Gerney Ríos González
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