Diócesis del Norte
Señor director:

Juan Álvaro Montoya, digno émulo de su padre el doctor César Montoya Ocampo en las páginas de opinión de La Patria, publicó el 12 de enero un escrito que se puede calificar de antológico acerca de la ciudad de Salamina.
Al final de su artículo Juan Álvaro dice lo siguiente: “La Salamina del porvenir debe ser la sede de la Universidad del Norte de Caldas, de centros de pensamiento, de escuelas de arte, de música y de centros de emprendimiento digital. Será un espacio para el crecimiento del alma y el cuerpo y donde la noción de desarrollo abarque mucho más que el pan sobre la mesa y nos invite a pensar en la ciencia, la cultura, las artes o la religión”.
Por otra parte la arquidiócesis de Manizales ha crecido en cantidad de fieles y en número de parroquias, además de toda clase de obras de apostolado. No es fácil hoy en día administrar la arquidiócesis; la sola ciudad de Manizales puede perfectamente desbordar las energías y el tiempo del actual arzobispo y de los que vengan en el futuro.
Es así como vuelvo a insistir en la necesidad o por lo menos en la conveniencia de erigir la diócesis del Norte de Caldas, la diócesis de Salamina, con esa ciudad como capital del obispado. Hay homogeneidad geográfica, étnica, económica, cultural y religiosa. Sus límites irían desde el río Guacaica hasta el Arma, y desde el cañón por donde corre atormentado el Cauca hasta las altas cumbres de la Cordillera Central.
Atentamente,
Observador católico

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