Balas de cañón
Señor director:

He dedicado mis historias en Facebook a los Gonzaga con algún desempeño significativo: deporte Down hill, senador, médico escritor, columnistas de La Patria, rector U. Autónoma Manizales, corredores Dakar, representantes a la cámara, arzobispo, directora comité inter-gremial Caldas, director Corpocaldas, gerente Pacífico III, gerente La Patria, director Niños de los andes Manizales, miembro comité cafetero y representante en comité nal., ingeniero civil investigador infraestructura pavimentos, gerente la Luker, actriz y cantante, médica que atendió con 12 asesores la pandemia, rector U. Autónoma Colombia, gerente sentido común y  “depende de mí”, epidemiólogo secretaría salud Caldas., periodista experto moda internacional, veterinario presidente comité ganaderos, médico deportólogo, gerente Camacol Bogotá, gerente Inficaldas,  gerente Peoplecontact, abogada Fenalco Bolívar, líder abastecimiento de frutas.
El jesuita Roberto Jaramillo de quien encontré un video titulado “balas de cañón” que llamó mucho mi atención. Lo vi. Ignacio de Loyola fue herido en la batalla de Pamplona por una bala de cañón que lo llevó en su convalecencia a realizar un cambio total de vida y dedicarse a Dios y a la compañía de Jesús que él fundó. Roberto presenta dos balas de cañón personales que fueron: los ejercicios espirituales de 5 días que hizo en 11º grado donde sintió el llamado de Dios a entrar en la compañía de Jesús; y el contacto directo con los pobres y marginados que lo condujo a estar siempre en su trabajo jesuita en la perspectiva social de la justicia y la solidaridad para elevar la dignidad humana. Al final, Roberto pregunta: ¿cuáles son tus balas de cañón? Y quise responder esta pregunta. En mi caso es como contradicción.
Yo ingresé al seminario sin que me hubiera ocurrido ninguna bala de cañón, pero en los años de teología me ocurrió una situación personal (bala de cañón), tema propio de confesonario que me llevó a oír la voz de Dios para no ordenarme y mejor buscar otro camino. Y el hecho de haberle aceptado al Padre Rector del instituto de Ibagué dictarle una clase de un tema para mi desconocido con la condición de que me diera una buena bibliografía “Sociología de La educación” (otra bala de cañón), me hizo gustar mucho el ser profesor. Y, casado en Armero ya había conseguido ser profesor de religión en el colegio San Luis Gonzaga. Y como Roberto, ahora te pregunto querido lector: ¿cuáles son tus balas de cañón?
¿Qué experiencias has tenido que te han llevado a cambiar algo en tu vida de una manera positiva? Recuerda que cuando a uno le sucede algo desagradable, la pregunta no es por ¿qué a mí, sino para qué a mí? Cómo ansío que a muchos colombianos, dedicados al narcotráfico, violencia, delincuencia, les sucedieran unas balas de cañón que los condujeran a dejar ese modo de vida, y dedicarse a trabajar, amar y construir una sociedad más humana y digna.
Alirio De Los Ríos Flórez. 

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