Blanco desacertado
Señor director:
El autor español Alejandro Macarrón viene desde los últimos dos años dedicando sus escritos a la tasa de natalidad y mortalidad en la población española.
El problema radica en que a raíz de los claros problemas demográficos presentados en el presente país; que registró la mayor estadística de mortalidad en su historia, Macarrón se tomó el atrevimiento de criticar de manera desmedida a la juventud a nivel mundial, tildando de suicida a la sociedad que según él “no quiere tener hijos”.
Estas afirmaciones denigrantes del presente autor, resultan muy ofensivas para dicho grupo de personas, en primer lugar por las palabras inapropiadas de Macarrón, pero adicionalmente, porque al ser parte de la generación que más aportó a que este mundo fuera menos habitable, cosa que avanza con los años, es un hecho que lo ubica ciertamente fuera de lugar para criticar a aquel joven que mantiene su cordura.
No es un secreto para nadie que las personas somos artífices del deterioro del planeta y a medida que avanzan las generaciones, más deben sufrir los niños libres de culpa, con lo cual, un ser humano con algo de consideración por la vida, debe encontrar incorrecto traer a una criatura al mundo, en especial si no está en capacidad de darle una vida digna, ya que para garantizar que en la potencial necesidad que rige el mundo un niño pueda vivir dignamente, se debe tener una posición muy alta principalmente a nivel económico.
Encuentro pues una incoherencia en las palabras de Alejandro Macarrón, y una falta de respeto en sus declaraciones hacia una juventud que se ve actualmente atada a las consecuencias que desde hace años nosotros mismos como humanidad venimos construyendo.
Atentamente,
Mauricio Villada Cardona
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