Cavilaciones de Perogrullo
Señor director:

El periódico que usted dirige no ha sido nunca indiferente al acontecer social y político del país, del departamento ni, en particular, de la ciudad donde fue fundado. Con merecido orgullo, que todos compartimos, puede mostrar ahora un siglo de permanente crecimiento que ha ido a la par con el de la ciudad, y se ha constituido en guardián de su esplendor y en motor de su desarrollo urbanístico y cultural. El periódico ha sido un paradigma de civismo y ha dirigido desde su tribuna campañas y movimientos culturales, patrióticos, políticos y sociales que han culminado siempre en hechos positivos para Manizales y para Caldas, en hitos que siguen impulsando su continuada vocación de grandeza.
Creo que es éste el momento en el que el periódico, sin dejar de lado su objetividad y su función como instrumento de comunicación social,
Vuelva a sentirse personero de la comunidad manizaleña que atraviesa una de sus peores épocas. Nunca la ciudad había estado tan mal, tan abandonada y con tantas amenazas latentes. No podemos distraernos más en conjeturas e incertidumbres. El año que se aproxima es definitivo para marcar el rumbo de esta urbe pletórica de posibilidades y de valores. Se necesita un guía, un líder que la oriente y la encamine con inteligencia y método. No hay que buscarlo como aguja en el pajar. Está a la vista de todos y llegó el momento de ungirlo. Se llama Luis Roberto Rivas Montoya. Y no soy yo quien exponga los méritos que lo exaltan como el más capaz para tomar el mando de esta barca que está naufragando. Ni siquiera lo conozco; pero sé, cómo lo sabe medio mundo, de las obras que ha hecho. Inclusive como alcalde de Manizales en un cortísimo período en el que empezó a transformarla en la ciudad que todos anhelamos. Yo no sé si es comunista o conservador, petrista, uribista, yepista o santista, librepensador o devoto miembro del Opus Dei, ateo o testigo de Jehová de los últimos días. lo único que sé, es que donde ha estado ha hecho cosas buenas. Y el Maestro nos enseñó que por sus frutos lo conoceréis.
Valdría la pena que, liderados por La Patria, se unieran los políticos y los partidos, los cívicos y los apáticos, los que votan y los que no han votado. Y elijamos a Roberto Rivas Montoya alcalde de Manizales. No más improvisaciones, no más equivocaciones, no más Carlos Judas Marines.
Atentamente
Rodrigo Ramírez González

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