¿Un exabrupto?
No en vano las inquietudes de los docentes departamentales por el proyecto de trasladar la Secretaría de Educación a Villamaría, que está cerca, es una ciudad que crece, pero no es la capital donde se concentran todas las operaciones oficiales. La capital es Manizales. Todos sabemos que el gobierno se concentra en el centro de la ciudad, en el que funcionan todas las dependencias oficiales que tienen que ver con las diligencias propias de gestiones relacionadas con el gremio y muchas otras dependencias. Villamaría es muy agradable para ir de paseo, pero para diligencias obligadas, y trámites burocráticos, no parece ni siquiera lógico, ni necesario, el traslado de una dependencia tan activa y dinámica.
Llegar a Manizales es relativamente fácil y, después de estar en la ciudad tener que trasladarse a un municipio disponiendo de tiempo extra que a veces no alcanza, es algo que no tiene argumentos, pero sí mucho de ilógico y falta de sentido administrativo y común. Un despropósito. Muchos docentes que vienen de regiones alejadas tendrán qué llegar a Villamaría y luego trasladarse a la ciudad a terminar de hacer trámites y diligencias personales. Si es por descentralizar, no parece un acierto, ya que ésta tiene como fin mejorar y dar agilidad y autonomía a los trámites oficiales, pero además, brindar comodidad a los usuarios que son provincianos. Si es para mejorar el servicio, pues que lo hagan, pero sin crear malestar ni incomodar a los usuarios.
¿Para qué desmejorar lo que aparentemente funciona bien? Lo que hay que mejorar es el servicio con buena atención y diligencia cuando se solicita. En la toma de decisiones hay que tener en cuenta el impacto de quienes van a resultar beneficiados o perjudicados. La administración vertical ya está desueta y hace parte del pasado. Dialogar para concertar. Que gobiernen sí, pero que gobiernen bien.
Elceario de J. Arias Aristizábal
Dos ciudades en una
Manizales, según opinión de algunos amigos, tiene mucha similitud con Cartagena, la Heróica. Y uno se pregunta ¿por qué? Muy sencillo. La mitad de la capital caldense es la hermosa, la de mostrar, la fotogénica. Y la otra es la que dejaron unos mercaderes de tierra que arrasaron con el sector de San José. Lo más grave de todo es que no tenemos quién administre y solucione tanta miseria. Lo de la carrera 23 es el otro lunar, pero repito “no hay con quien”.
Bernardo Molina Marulanda