Parar la migración con inversiones

Señor director: 

Gracias a nuestro “Periódico de casa” por brindarnos esta ventana para expresar nuestras ideas y opiniones. Hemos sido testigos, a través de los medios, de la inaceptable tragedia que están sufriendo los migrantes -hombres, ancianos, mujeres y niños- quienes buscando el utópico “sueño americano”, están expuestos a inimaginables riesgos y peligros en su travesía por el Tapón del Darién y la selva panameña. Con frecuencia son estafados por los supuestos guías, están expuestos a los peligros de la selva, están siendo atacados por toda clase de bandidos que les roban el poco dinero que aún tengan, facinerosos que, desgraciadamente con mucha frecuencia, violan las mujeres y aun a las niñas, y atacan o asesinan a los hombres que intentan la defensa.

Ante esa ignominia, llego a la siguiente reflexión: En la mayoría de los casos las causas de ese desplazamiento son principalmente la violencia e inseguridad en sus países de origen, la falta de oportunidades de trabajo, salud y educación, entre otros factores.

Me pregunto, en vez de gastar miles de millones de dólares en muros, patrullas y acciones punitivas de control, sin que ello haya significado soluciones efectivas, ¿por qué no se diseña e implementa una acción de inversiones en esos pobres países?

Esos millones se podrían invertir en capacitación, creación de empresas o microempresas, por ejemplo maquiladoras de empresas extranjeras, inversión en el sector agropecuario para fomentar la producción, mejoramiento de las infraestructuras de servicios básicos. Ello no significa un paternalismo que convierta a los pueblos en mendicantes, porque las inversiones se harían en forma de créditos blandos y a largo plazo, inclusive para construcción o mejora de vivienda. Y lo más importante, sabiendo el alto nivel de corrupción que lamentablemente existe, esos recursos financieros deberán ser administrados por personal calificado, por ejemplo norteamericano o europeo, y además con una auditoría externa de alta confiabilidad.

Posiblemente no brinde una solución definitiva, pero si encuentran oportunidades de desarrollo económico y social en sus respectivos países, quizás no sigan pensando en la migración como única redención para ellos y el futuro de sus hijos, con el valor agregado de que no afrontarán el desarraigo y la pérdida de su identidad y sus costumbres ancestrales.

José Alirio Jiménez

 

Paz para el próximo oriente

Señor director:

Desde la perspectiva europea la geografía del globo terráqueo distingue entre Cercano o Próximo Oriente, Medio Oriente y Lejano o Extremo Oriente. En el Extremo o Lejano están Japón, Filipinas, Indonesia, Asia Sudoriental (antigua Indochina), Corea, China, Mongolia, Bangladesh (antigua Bengala) e India. En el Medio figuran Irán (antigua Persia), Afganistán, Pakistán y las repúblicas de Asia Central que hicieron parte de la Unión Soviética. En el Próximo o Cercano aparecen la península Arábiga, Irak (la antigua Mesopotamia), Siria y Líbano, Jordania, Palestina e Israel. El Norte de África habla la lengua árabe y está medio arabizada, e incluso sus habitantes son de religión musulmana, profesan el islamismo; pero constituyen el Magreb (“Occidente” del “imperio” árabe-musulmán): Egipto, Libia, Túnez, Argelia y Marruecos, principalmente.

La tierra que al principio se llamó Canaán, después Israel, luego Palestina y Tierra Santa, y finalmente y al mismo tiempo Palestina (por estar habitada por árabes palestinos) e Israel (por haberse constituido el estado de Israel) fue primero conquistada por los hebreos  israelitas mil doscientos años antes de Cristo y luego por los árabes mahometanos en el siglo séptimo después de Cristo. Los que en la antigüedad se conocían como israelitas se dispersaron (“diáspora”) a causa de varios factores y fueron denominados “judíos” (por la tribu y reino de Judá). Los actuales israelíes pertenecen a la religión judía unos, y otros no practican esa religión sino que han heredado o adoptado la cultura judía. Los palestinos actuales son en su gran mayoría musulmanes; una minoría son cristianos.

Como primero llegaron a esa tierra los que ahora son israelíes, que constituyan un estado reconocido por las Naciones Unidas y cuyas fronteras, léase bien, se extiendan desde la península del Sinaí hasta el río Eufrates, y desde el golfo de Áqaba hasta los altos del Golán.

Los palestinos, tan pobres y “llevados en la inmunda”, una de dos o de dos una: que sean ciudadanos del estado de Israel, con los  mismos derechos de que gozan allá los no árabes, los que no son del Islam, los occidentalizados, avanzadísimos en tecnología, civilizadísimos y muy ricos israelíes (judíos, ateos, agnósticos, cristianos, etc.).

Y, óigase bien, constituyan un solo estado, reconocido por la ONU, derribados los límites artificiales y arbitrarios trazados por las  potencias occidentales en el pasado; un estado unitario y democrático árabe formado por Arabia Saudita y los estados de la península, más los estados árabes del golfo Pérsico, Irak, Jordania, Siria y el Líbano. Egipto, por su cultura milenaria y por el valle del Nilo que le da identidad y vida, sea un estado independiente. Libia, Tunicia, Argelia y Marruecos constituyan el estado unitario y democrático del Magreb.

¿Será mucho pedir? Sin duda alguna. ¿Es un deseo ingenuo? Clarísimo y evidentísimo. Pero soñar no cuesta nada. Y se pergeña como indispensable para LA PAZ DEL MUNDO. ¿Quién habrá que se atreva a ponerle el cascabel al gato?

Jaime Pinzón M.

 

Función del bulevar de la calle 48

Señor director:

Qué cosa tan asquerosa lo que hicieron en ese sector, que no ofrece ningún atractivo, ni servicio a la ciudadanía de Manizales, pues enterraron miles y miles de millones haciendo unas obras pírricas y ridículas que sólo obstruyen el paso de los vehículos como el paso de los transeúntes. Nadie se ve que ocupe ese esperpento, es un nido de delincuentes e inodoro de gamines y habitantes de calle. La persona o personas que por allí lleguen de día o de noche, saben que la atracada es fija. Qué bueno sería que la nueva Administración municipal desmontara semejante adefesio y volviera a habilitar el tránsito para comodidad de los transeúntes, además por estética. Qué horror.

Álvaro Alzate Ussma.

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Voz del lector 2 de agosto del 2024