Los sectores líderes deben tener continuidad
Señor director:
Colombia ha tenido superproducción de planes de desarrollo económico y social, lo que lleva a entender el tiempo perdido que hemos tenido al no ponernos de acuerdo con las estrategias fundamentales, las que se han considerado desde hace mucho tiempo atrás bienvenidas para un funcionamiento virtuoso de la economía. Nadie puede negar el impacto positivo que para su crecimiento traen los sectores líderes, que quedaron inscritos en el plan decenal de 1961.
Colombia no ha tenido continuidad estratégica en sus planes de desarrollo. La única que se conoció fue la relacionada en los gobiernos de Alberto Lleras Camargo Guillermo León Valencia- Carlos Lleras Restrepo y Misael Pastrana Borrero. En ellos “la idea fuerza-impulsadora se concentraba en sustitución de importaciones y construcción de vivienda. Eran asuntos de primeras páginas en los planes y en los Diarios. De ahí en adelante se le perdió continuidad a los sectores clave, que son recordados por los gobiernos siguientes en forma descoordinada e insular, puesto que no son asuntos de primera página en sus planes. Por ello es que cuando hay crisis cambiaria, alta inflación, desempleo creciendo, sueltan frases con el discurso de buscar elevar exportaciones, elevar la producción agraria, construir más vivienda y obra pública; todos ellos como lo dijo Lauchlin Currie, los sectores líderes, los que dinamizan y hacen mover a la economía.
Sectores líderes que bien llevados y trabajados solucionan el problema del desempleo, vigorizan la balanza cambiaria, traen seguridad alimentaria, la inflación es reducida, hay autosostenibilidad en el crecimiento. Es de recordar que en ese plan decenal también había objetivos de “la Alianza para el progreso”: más equitativa distribución del ingreso, reforma agraria.
Considero, en mi calidad de economista, que si esa situación de deficiencia en los planes, que es la de “no casarnos indisolublemente” con los sectores líderes en la planeación del desarrollo, seguirá trayendo problemas graves a la economía. Disrupciones a gran escala. Modo errático en el manejo y conducción de ella, que es variable fundamental y esencial para que el Estado logre alto bienestar social para todos, dentro de un ambiente franco con las libertades políticas y económicas. El fin último de la economía debe ser siempre: alegría y felicidad para todos.
Rogelio Vallejo Obando
Cambian las costumbres
Señor director:
Anteriormente algunos términos eran ofensivos. Hoy son un saludo.
Ayer se respetaba más al mayor. Hoy con una palmada se igualan con él.
Ayer se cuidaba más la presentación personal. Hoy se pasó a la sencillez rondando con la ordinariez.
Ayer se empleaba un léxico respetuoso y culto. Hoy se iguala, así no lo merezca.
Ayer la voz era silenciosa. Hoy se alza la voz sin necesidad.
Ayer la preparación era menor. Hoy ronda los títulos universitarios.
Conclusión: No siempre lo que brilla es oro. ¡Cuántas veces despreciamos al humilde y sencillo!
Ernesto Quintero Gil