El hombre y la mujer en el hogar
Señor director:
Es inconcebible e infame cómo, a través de la historia de la humanidad, la mujer fue y sigue siendo en muchos lugares vilipendiada y sometida, faltándole al respeto en lo más profundo de su ser, sin querer entender por su soberbia maldita que los hombres pasamos por la concepción en el maternal vientre de ellas, por interminables 9 meses, cuidándonos todo el tiempo desde que somos engendrados, llegamos al mundo, gracias a su amor, a su bondad y nobleza.
Que si bien el hombre coadyuva con su semilla paternal, es a la mujer que le corresponde privarse de cantidades de cosas por el bienestar integral de su criatura, y luego de niño estar a su lado, fortaleciéndolo, protegiéndolo, no solo con el alimento, sino con el cobijo, techo y educación. Cuántos desvelos, dolores, vacíos en el alma, para a veces pagarles tan mal. En la actualidad el panorama es bastante distinto. Las mujeres se han empoderado, han demostrado toda su capacidad y su rol dentro de la sociedad contemporánea se ha vuelto más protagónico. Esta situación tiene una repercusión directa en el seno del hogar, pues las mujeres participan en las decisiones y aportan en el presupuesto familiar. ¿Cómo ha asumido el hombre estos cambios?
Le ha correspondido aprender a valorar la opinión de su pareja, ya que es un importante complemento que puede aportar una visión distinta a la suya, y se ha involucrado más en las labores de la casa. El papel del hombre en la crianza de los hijos ha ido cambiando con el tiempo. Antiguamente se consideraba al padre solo como un proveedor y se veía a la mujer como la encargada de la crianza de los pequeños. Esto reforzaba la actitud de separarse del tema de la crianza. Solía percibirse a los padres como distantes y no muy preocupados por este tema, y si había algún tipo de acercamiento, este solía darse, casi exclusivamente, con los hijos varones. Ahora se puede observar a los padres mucho más involucrados. Comparten las labores de la crianza, desde cambiar un pañal hasta quedarse en la casa cuidando a los hijos.
La explicación a esta situación puede darse por el nuevo despertar del género femenino, el cual genera que las mujeres ya no tengan el mismo tiempo que antes para emplearlo de lleno en el cuidado de los hijos. Ahora se debe compartir esta tarea, ya que habrá momentos en que, por compromisos o actividades laborales, alguno de los dos miembros de la pareja no pueda estar en casa. La experiencia de hombres y mujeres se ha enriquecido, y cada uno está viviendo experiencias que antes les estaban negadas. Esto enriquece su vida, amplía su perspectiva y hace que puedan desarrollar la capacidad para ponerse en el lugar de su pareja. En nuestro país algunos cambios están demorando un poco más, pero no se puede negar que existe una notable evolución en cuanto a los temas de género: lo que vendrá en este aspecto es sólo cuestión de tiempo.
¿Qué cambios nos esperan? Adelantarnos es difícil, pero hay que recordar que aquello que no cambia y se ajusta a su contexto está destinado a desaparecer. Amemos a las mujeres, hay que valorarlas con todas nuestras fuerzas, respetarlas y apoyarlas en su peregrinar por la vida, porque nos debemos a ellas.
Álvaro Alzate Ussma
Movilidad urbana
Señor director:
Por fin llegó un alcalde y un secretario de tránsito que convencieron a las empresas de transporte público de pasajeros. Y por fin Socobuses y Unitrans, con la colaboración de los conductores de busetas, están recogiendo y dejando a los parroquianos solamente en los paraderos. Esto facilita grandemente el flujo vehicular. Los usuarios debemos disciplinarnos en este sentido.
Atentamente,
Ciudadano