El respeto por la diferencia
Señor director:

Dentro de los valores pilares que debe tener toda sociedad, plenamente organizada, es el respeto supremo por la diferencia. Encajada en cualquier credo o no religioso, étnico, sexual, político, económico, laboral y social. El respeto a la diversidad es una habilidad profundamente interpersonal, y se puede definir como el entendimiento de que las personas participan paritariamente en un mundo en común, en virtud de su condición humana, al tiempo que se reconoce la singularidad y diferencias de cada individuo. Será una gran contribución hacia la paz y la sana convivencia en cualquier lugar. Desafortunadamente mucho tiene que ver en la forma como los hijos se han criado en el hogar, su nivel académico e intelectual. La familia es y seguirá siendo la célula de la sociedad, independiente de las culturas y posición social. De esta manera se vive en armonía y se evitan conflictos de toda índole.
Es imperativo tener en cuenta que el albedrío o libre elección es la creencia de aquellas doctrinas filosóficas según las cuales las personas tienen el poder de elegir y tomar sus propias decisiones, sin injerencia  de los demás. También es de trascendental importancia respetar el derecho que cada individuo tiene al libre desarrollo de su personalidad, obviamente no violando los derechos y libertades de otras personas. Si tenemos en cuenta valores como la moral, que es el conjunto de costumbres y normas que se consideran «buenas» para dirigir o juzgar el comportamiento de las personas en una comunidad. También es la diferenciación de intenciones, decisiones y acciones entre las que se distinguen como propias e impropias. Igual que la ética es un análisis sistemático y crítico de la moralidad, de los factores morales que guían la conducta humana en una determinada práctica o sociedad.
Álvaro Alzate Ussma.

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