Al oído del secretario de Hacienda de Manizales
Señor director:
Los contribuyentes somos quienes aportamos los recursos al Municipio de Manizales como empresa de todos, para que ésta pueda crecer y desarrollar los proyectos que en una acertada concepción empresarial emprendan quienes deben con honestidad y ética administrar los intereses de la ciudad. Somos los contribuyentes, quienes también somos los usuarios, quienes tambièn debemos recibir los beneficios a tiempo, con atención y solidaridad ciudadana. Las empresas oficiales no es que se hayan distinguido por su eficiencia y oportuno servicio a los usuarios, siendo calificadas de paquidérmicas, pero al menos en algunos casos conviene reconocer, aunque sea por sentimiento de gratitud, que algo no era tan pésimo y que algunas cositas se salvan del caos administrativo en los entes llamados oficiales que han sido los reyes de la tramitomanía empotrada en los pupitres de gerentes que no gerencian con la agilidad y oportunidad de documentos que se requieren para tramitar procesos de ocurrencia diaria como son los paz y salvos.
Conviene recordar cómo hasta no hace mucho se pagaban los impuestos de cualquier servicio e inmediatamente con la factura cancelada expedían el paz y salvo sin tanta vuelta como sin tanta “joda” como está ocurriendo en la actualidad. Todo parece indicar que la tal pandemia que cambió las reglas de la atención presencial, gustó y se quedó con el teletrabajo. Muchos se quedaron en el pasado contemplando la pandemia como pretexto para demorar y dilatar la entrega de documentos que son elementales y muy importantes para ciertos trámites como son las escrituras.
Recalco, antes de la pandemia en la oficina de Rentas del Municipio, en las ventanillas, cualquier funcionario expedía el PAZ Y SALVO, sin problemas, sin inconvenientes, sin demoras, sin dilaciones y sin excusas ilógicas que no convencen a nadie. En la pandemia, por motivos justificados y entendibles, se solicitaban a través de las notarías o los tramitadores de las escrituras, eran medidas de urgencia y ante razones irrefutables, pero pasó la pandemia y se continuó con el mismo sistema engorroso, demorado y restringido, teniendo los usuarios que esperar “hasta que San Juan agache el dedo” y a los funcionarios invisibles les dé la soberana gana de expedirlos alegando que están dentro de los términos legales para justificar lo injustificable .
Que le cuesta señor secretario de Hacienda ordenar que se vuelva al sistema anterior, que sí se podía, expedir los PAZ Y SALVOS en las ventanillas como antes, esa actividad no es demorada, la hace una máquina y los usuarios no tenemos que esperar y esperar para tramitar una escritura que de por sí son operaciones de diaria ocurrencia en la dinámica económica de las ventas y compraventas de propiedades. Es algo muy fácil, sólo se requiere retomar la experiencia anterior y aplicarla. No es necesario de genialidades, es sólo aplicar una experiencia administrativa.
Con la entrega de los PAZ Y SALVOS en las ventanillas, como antes de la pandemia que ya pasó, ganaríamos todos. La Secretaría de Hacienda ganaría imagen y dejaría de recibir crìticas justificadas por falta de agilidad en la prestación de un servicio y los usuarios nos sentirìamos satisfechos con un servicio oportuno y ágil como buen trato al pago de nuestros impuestos. En Villamaría, por ejemplo, llega uno y si está a paz y salvo, inmediatamente le expiden el certificado. ¿Por qué en Manizales no se puede hacer lo mismo ?
Elceario de J. Arias Aristizábal
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