Las rogativas, aporte de la Iglesia
Señor director:
El país estaba siendo consumido por los incendios, el calor era tal que ni frío se sentía, se anunciaba el racionamiento de agua potable. Pues bien, el último domingo de enero en todas las iglesias de Colombia se elevaron plegarias al Altísimo “que hace salir el sol sobre buenos y malos y manda la lluvia sobre justos y pecadores”. Al día siguiente comenzaron a caer sobre la tierra las lluvias bienhechoras. Es la respuesta del Padre celestial a los ruegos de su pueblo. Como canta el salmista, Dios “hace subir las nubes desde el horizonte y con los relámpagos desata la lluvia”. La oración es la fuerza del hombre y la debilidad de Dios, y así ha sido siempre, desde los tiempos del profeta Elías, que pidió al cielo el fin de terrible sequía. La Iglesia se hace presente y se compromete con la suerte de la sociedad, no es indiferente ante las angustias de la gente.
Atentamente,
Observador católico
Sobre una columna
Señor director:
La primera del 3 de febrero está muy bien craneada y escrita pero le caben algunas observaciones:
1- “Cuando la mula no puede con la carga le echa la culpa a la enjalma”. Quién: ¿el arriero o la mula? Hay otro muy parecido: “El que no sabe tocar le echa la culpa al tiple”.
2- “Cuando su hija Tricia (...)”. Estaba hablando de Petro y quería hablar de Nixon, por lo cual debió escribir: “Cuando Tricia, hija de Nixon (...)”.
3- “Vox populi, vox Dei...Vox stadium”: genitivo, stadii, voz del estadio; no nominativo, voz estadio.
Atentamente,
Lector
La economía no puede tener sobresaltos
Señor director:
La sola noticia respecto a las irregularidades en el Presupuesto General de la Nación 2024 que ... “tienen en vilo la ejecución de 13 billones de pesos en los presupuestos de inversión de varias entidades”, afecta rotundamente a la economía, pues si le llega a faltar la ejecución de las inversiones le afecta infinidad de transacciones de todo tipo, que tienen que ver con compras de materiales y con salarios, restándole el efecto multiplicador que todos esos flujos tienen para la economía. Pensar en el desmonte instantáneo del petróleo y el carbón, sin tener funcionando los abastecimientos con energías alternativas, es simplemente matar a dos gallinas de los huevos de oro, que han nutrido la economía. El fanatismo ambiental es muy mal consejero.
Volver trizas la Ley 100/93 cuando hay excelentes EPS, es entrar a despreciar en forma grave el trabajo del sector privado, que desde siempre hace mejor las cosas que los estados, que deben dedicarse a lo suyo: brindar seguridad y tranquilidad a las familias y confianza inversionista al empresariado, fomentando la sana convivencia con los trabajadores. No es lucha de clases. La paz comienza por ahí. Es claro y contundente que los estados le deben evitar a la economía incertidumbres y altas expectativas de decrecimiento de sus tasas de crecimiento, las tienen que fomentar. A la estructura productiva de bienes y servicios hay que cuidarla de sobresaltos e inseguridades.
Rogelio Vallejo Obando