Cavilaciones de Perogrullo
Señor Director:
Si mi memoria no me engaña, como suele decirse cuando no se tienen datos concretos a la mano, fue por la época de la conmemoración de los cien años de la creación del Departamento de Caldas, cuando, por iniciativa del gobernador de entonces, salió al aire la emisora “La Voz de Caldas”. Fueron muchas las expectativas y esperanzas que se suscitaron con la aparición de ese medio que prometía ser una columna vigorosa en la difusión de la cultura y el desarrollo social del departamento.
Pero, como en los restaurantes de tercera categoría, desde el desayuno se sabía lo que iba a ser el almuerzo. Los gobernantes posteriores nunca quisieron entender la importancia de la emisora en la dinámica formativa de la juventud y, en general, de los habitantes de la región. Fueron inanes las iniciativas y propuestas que muchos gestores culturales, o simplemente ciudadanos interesados en el devenir cultural de Manizales y de Caldas, formulamos en varias oportunidades, con resultados negativos. Rememoración especial merecen las ideas planteadas con insistencia por Gabriel Eduardo Jaramillo Restrepo (q.e.p.d.), abogado y musicólogo, joven estudioso y altruista de grata memoria, igualmente desatendidas. Hoy en día, este gobierno que ahora agoniza y que elegimos hace cuatro años con la esperanza de que iba a reivindicar los valores culturales de Caldas, termina plagado de fracasos, entre ellos, la emisora, confundida entre el montón de mediocridades que se mezclan en el dial de los radio-receptores. La 96.3 muele música todo el día como en las salas de espera de los consultorios. A un bolero le sigue un reguetón o un bambuco. Un pasodoble y luego un tango o una guaracha.
Algo podríamos aprender de los vecinos. La emisora cultural de Pereira es un ejemplo de calidad en su programación, en su dirección y en sus locutores. Es amena y formativa. Rinde culto a lo clásico y a lo folclórico, sin desatender las apetencias de las nuevas generaciones. Tiene programas institucionales de gran calidad e interés, difunde y estimula la creatividad y la formación de grupos locales, tanto en música como en teatro, marca el compás y se hace eco de las actividades diarias locativas y envía mensajes de conducta ciudadana y de civismo. Sin duda alguna, en sus 33 años de existencia, la emisora Antonio Remigio Cañarte de Pereira, ha sido uno de los logros más positivos de la voluntad y del tesón de los líderes que la han apoyado sin intereses partidistas ni personales. Lástima sí, y todo hay que decirlo, que les dé por matizar la programación con una cantinela un tanto desobligante para los departamentos vecinos: “desde Pereira, capital del eje”. Algo así como si a las emisoras de esta capital les diera por decir: “desde Manizales, la madre del eje”.
Atentamente,
Rodrigo Ramírez González
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