Reconocimiento a una institución
Señor Director:
Por cuanto considero una obligación moral de mi parte significar, siquiera mínimamente, lo que representa para Manizales y para el Departamento el S.E.S Hospital Universitario de Caldas, me permito resumir la crónica de un procedimiento quirúrgico que se le practicó a una de mis hijas en este centro de salud y que por su inmensa complejidad es digno de ser conocido por toda la comunidad, ojalá del país entero. Utilizando la terminología científica amablemente facilitada por el eminente neurocirujano Carlos Alberto Pardo resumiré el caso así: Se trata de una enfermedad llamada neurofibromatosis tipo 1 que tiene un amplio espectro de formas clínicas de presentarse; una de las más graves es cuando afecta el sistema nervioso y sobre todo cuando afecta la columna y la enferma tenía una deformidad especialmente grave asociada a neurofibromatosis que se llama “invaginación basilar”, que consiste en que hay un hueso que se llama “odontoides” y que hace parte de la vértebra cervical (C2) y ese hueso en conjunto con el cráneo y la primera vértebra cervical forman una articulación que se llama la unión craneocervical, muy compleja, que tiene movimientos de flexión, extensión y rotación y que en pacientes con neurofibromatosis produce alteraciones severas, la más grave el hueso odontoides que se introduce dentro del cráneo comprimiendo el tallo cerebral, específicamente el bulbo raquídeo, deformidad sumamente grave porque sino se corrige lleva al déficit neurológico progresivo y a la muerte, siendo la cirugía la única solución, pero que por su complejidad ha de practicarse a través de la boca hasta llegar a la unión craneocervical para quitar o extraer la odontoides y liberar la compresión que hay sobre la estructura nerviosa, lo que requiere preparación, equipo multidisciplinario, nutrición, cirugía maxilofacial y un programa gastronómico,. Todo esto se efectuó con éxito total. Al hacer la descompresión es necesario estabilizar el cráneo con la columna con un sistema que se llama Fijación Occipitocervical donde se ponen unos tornillos que van pegados al cráneo y a las vértebras cervicales para asegurar que haya fusión que corrija la inestabilidad entre el cráneo y la columna. La evolución ha sido completamente satisfactoria y los neurocirujanos esperan que haya fusión pudiendo esperarse que la paciente quede curada. Aun cuando la compresión estaba afectando directamente la médula, la cirugía se practicó por fuera del hueso sin tocar aquella para nada. El entumecimiento y demás síntomas desaparecieron. Se trata de una cirugía bastante rara, pero el hospital cuenta con todos los medios tecnológicos y el recurso humano para la seguridad del paciente.
Sólo me queda expresar nuestros imperecederos agradecimientos a esos eminentes científicos, los neurocirujanos Carlos Alberto Pardo y Ricardo Marín y al cirujano maxilofacial César Augusto Munar. De igual manera, a todos los demás médicos, anestesiólogos, enfermeras y personal del Hospital Universitario de Caldas que en tan maravilloso equipo lograron, de la mano de Dios, cumplir ese milagro de salvarle la vida a uno de mis seres queridos.
Manuel Galindo Alarcón