Colombia lo rechaza

Señor director: 

Aunque es difícil desligar a la persona de sus ejecutorias, el título que encabeza este comentario no alude al grito clamoroso que desde hace algunos meses se escucha en las graderías de los estadios y en otros escenarios colmados de público; no, no hace referencia al “¡fuera, Petro!”; aunque bien podría afirmarse que ese “lo rechaza” se le aplica cabalmente a quien hoy nos desgobierna. Las encuestas, -menos, claro está, la que el mismo Gobierno contrató y cuyos resultados son contraevidentes muestran el general repudio de la inmensa mayoría de los colombianos hacia quien hoy ciñe inmerecidamente la banda presidencial. Pero me refiero a dos actuaciones del malhadado Gobierno actual, que hacen parte y son fruto de su proyecto insensato y que constituyen algo que el pueblo colombiano rechaza de manera categórica, y casi unánimemente. Y voy al grano. El Decreto 2114 que el señor Petro dictó, que lleva las firmas de los ministros cortesanos del Interior, de Justicia y de Defensa, y que rige desde el siete de este mes, atenta contra el bien común y asesta un golpe mortal a la protección de nuestros niños y adolescentes. Con él, se derogan las determinaciones que establecía el Decreto 1884 del año 2018, y se da rienda suelta al desenfreno de drogadictos en los parques, en las calles, en los entornos de escuelas y colegios, en las playas y lugares de descanso; ese será el espectáculo que se abrirá a los ojos de los niños y de los adolescentes, si es que los padres de familia no se deciden a no volver a llevarlos a esos escenarios… 

Da grima la afirmación del memo que funge en el Ministerio de Justicia, que con una sonrisita estúpida dice : creo que se está sobredimensionando el peligro de que los niños se escandalicen o se contagien por ver a otros consumiendo drogas… ¿Habrá ese señor abierto alguna vez un texto de sicología infantil o de pedagogía? Porque todos ellos nos enseñan que el principal y más frecuente mecanismo de aprendizaje es la imitación… que los niños tienden a hacer lo que ven hacer… Y el otro hecho que provoca esta glosa es de una avilantez y de un cinismo llevados más allá de todo límite la declaración de Antonio García, uno de los jefes de la pandilla llamada Eln, y quien lleva la voz cantante de esa cáfila en las conversaciones con el Gobierno. Nosotros, ha dicho, no secuestramos: retenemos a las personas, y ese es uno de los medios con que contamos para financiar nuestras actividades… ¡Es increíble! Un Gobierno que tuviese un mínimo de dignidad, habría dado de inmediato la orden de romper toda relación con esos bandidos y de poner entre rejas a sus cabecillas. Y nadie con un tris de sentido moral y político puede entender que el ministro del Interior, señor Velasco, se atreva a insinuar siquiera que si a los bandoleros se les pide que dejen de secuestrar, hay que pensar en cómo asegurarles un modus vivendi…Tiene toda la razón el doctor Vargas Lleras al afirmar que el Gobierno de Petro ya lo ha perdido todo, incluso la vergüenza. Esto, Colombia ¡lo rechaza! 

Que el Niño del pesebre nos conceda a todos celebrar unas fiestas ungidas de piedad, de fe, de esperanza y de amor, y nos dé un nuevo año bendecido.

Mario García Isaza

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