El genocidio que no cesa

Señor director:

Rostros de dolor y sufrimiento, lágrimas de tristeza e impotencia, madres presas de la desesperación, niños marcados para siempre por la tragedia, sus tiernas vidas destrozadas por un horror indecible que no entienden y del que en manera alguna no son responsables, constituyen las escenas dantescas de cada día en la Franja de Gaza. Por insensible que cualquiera pueda ser, las terribles imágenes que muestran los medios de comunicación sobre el genocidio que impunemente sigue cometiendo Israel contra el pueblo gazatí perturban el ánimo en grado sumo, lastiman sobremanera el sentido de humanidad y de justicia, degradan en extremo al pueblo judío y hacen que uno se confronte con la idea del progreso humano, porque definitivamente no puede hablarse de progreso cuando el ser humano llega a esas simas de aberración y barbarie.

Ninguna, absolutamente ninguna acción, por cobarde que sea, puede explicar, excusar ni mucho menos justificar una reacción demencial y de la violencia inusitada que está empleando el Estado judío contra mujeres, ancianos y niños palestinos. La evidente vulneración de las más elementales normas del derecho internacional por parte de Israel es una afrenta directa a la humanidad toda y una demostración palpable del profundo cinismo y la doble moral de una comunidad internacional (con Estados Unidos a la cabeza), que desde hace ya muchos años ha permitido, cuando no patrocinado abiertamente, uno a uno de los desmanes que el estado israelí viene cometiendo contra los habitantes de la Franja de Gaza y los Palestinos en general.  Todas y cada una de los resoluciones de la ONU sobre el problema palestino han sido sistemáticamente pisoteadas y desconocidas por Israel y lo que allí implantó fue un verdadero apartheid igual o peor que el sufrido en Suráfrica por tantos años. Triste y dolorosa realidad es ver a un pueblo que fue perseguido y victimizado con saña por los criminales nazis, convertido ahora en todo un imperio del mal, un abusador y hay que decirlo, en un evidente genocida.

Óscar Villada Martínez

Peatonalizar la 23

Señor director:

La mejor decisión que puede tomar el secretario de Movilidad de Manizales en esta Navidad es dejar la carrera 23 como vía peatonal por las siguientes razones: es un espacio de un sólo carril demasiado estrecho, a los lados hay un centenar de bolardos de hierro que impiden caminar de manera libre, cómoda y sin peligro. Los vendedores ambulantes están instalados con millares de puestos desde donde ofrecen al público diversos productos. Día a día la invasión del espacio es sumamente grave, sin ningún control , desafortunadamente y para esta época prolifera mucho más.

La dificultad para desplazarse la gente es latente de todas las edades, empezando por los niños, adultos mayores y discapacitados. Sumado el tráfico vehicular (carros, motos y bicicletas) que hacen de esta vía una hecatombe, pues quienes circulan por allí no tienen ningún afán y como suele decirse se dan un veintitresazo obstaculizado y perjudicando enormemente a los ciudadanos que deben tener prelación. 

Álvaro Alzate Ussma

Víctimas y victimarios

Señor director:

El presidente porfía en que los de la “primera línea”, encarcelados por la autoridad judicial, no son victimarios sino víctimas del sistema. Son víctimas y también victimarios. ¡Sentido común, doctor Petro!

Ciudadano

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