De las especializaciones médicas
Señor director:
Es verdad que hay muchas exigencias y no es tan fácil, como no debe serlo por ser algo tan importante, tan influyente y tan impactante en aspectos tan sensibles, como lo son la vida y la salud de las personas. Las especializaciones médicas, enfocadas con criterios de responsabilidad y con rigor científico no pueden “ tirarse a la jura” como baratijas o bagatelas como ocurre con otras especializaciones “que producen risa” por su pobreza y el bajo nivel de exigencia, sin que tengan que entregarse a fondo para obtener un cartón que así los acredite. Ese nivel de exigencia y de rigurosidad les han conferido a algunas Universidades (con mayúscula) respetabilidad y reconocimientos en el contexto educativo por su grado de competencia y desempeño de sus egresados. Qué tal que los criterios de ingreso a especializaciones médicas fueran y llegaren a ser bien laxos para los aspirantes, ¿dónde quedaríamos los usuarios o pacientes, como los llaman, sabiéndose que son ellos quienes tienen los conocimientos para aliviarnos? Desde luego que también hay universidades (con minúscula) que llaman de garaje que titulan y titulan sin valorar la calidad de sus egresados, importándoles solamente lo económico, y son muchos “especialistas” orgullosos desempeñando su trabajo con mediocridad y falta de profesionalismo perjudicando a los PACIENTES, por pacientes, y más que por pacientes, por falta de recursos para acudir a clìnicas y hospitales que verdaderamente tengan profesionales ética y científicamente bien formados y refrendados por una verdadera vocación de servicio. Hay que recordar que los cartones no hacen milagros, ni devuelven la salud, ni evitan la muerte, pero unos buenos recursos a tiempo y bien aplicados seguramente evitarían deterioro de enfermedades y hasta muertes. Conozco médicos generales muy acertados, se aprecia con facilidad su mística, su vocación y su pasión por lo que hacen y les duelen sus pacientes, también especialistas. En medicina, vale la entrega, la dedicación y el buen pago, porque ser un buen médico, no es fácil. Que hay muchas trampas y trapisondas para ingresar a una especialización, es cierto, estamos en Colombia y aquí todo se permite, el cáncer de la corrupción está en todo el cuerpo del Estado y es tan generalizado que “todo se vale”.
Reconocimiento para los médicos generales y especialistas que saben su profesión y la ejercen con altruismo y respeto en bien de quienes recurrimos a ellos en momentos de angustia para recuperar nuestra salud. Que sigan las Universidades con sus Facultades de Medicina, tengan en cuenta que con la salud no se juega y que continúen siendo superexigentes en la formación de profesionales que merezcan ser titulados por su prestigio, el de los egresados y los usuarios que son la razón de ser de esta noble y altruista profesión. Pueda ser que este Gobierno, con su populismo demagógico, no nos vaya a inundar de médicos extranjeros pensando más en ganar adeptos y sembrar adoctrinamiento e ideologías con algo tan sagrado como lo es la salud, como ocurre en otros países.
Médicos descontextualizados, porque las patologías de un país no son las mismas de otro y las enfermedades también son endémicas y algo va de Pedro a Pablo haciendo referencia a las Facultades de Medicina con niveles y exigencias diferentes. Un buen médico general, es prenda de garantía para un buen diagnóstico y para un buen acierto en la remisión a un Especialista oportunamente.
Cordialmente,
Elceario de J.Arias Aristizabal