La mermelada 
Señor director: 

Eufemísticamente se llama así a una conducta socio-cultural que concede prebendas a una persona, para que ésta a su vez retribuya con beneficios económicos o de otra índole, casi siempre de manera soterrada, pues hacerlo explícitamente le restaría su esencia de anonimato que la sustancia, y, la posibilidad  de que no se materialize en las condiciones que satisfagan las partes. Desde tiempos inmemoriales ha existido ‘la mermelada’, el plato de lentejas que aparece en el texto bíblico del Génesis 25:29 al 34, sobre Esaú y Jacob, puede ser un punto de partida: “Esaú volvió muerto de hambre y le dijo a su hermano: ‘Dame un poco de esas lentejas’, Jacob le contestó: ‘puedes comer un poco de mi plato si me dejas que yo sea el primogénito en tu lugar’. Esaú accedió y así vendió su primogenitura al hermano por un plato de lentejas”; es pertinente decir que estos hermanos fueron mellizos, y, el que nació primero fue Esaú. Las coimas que se ofrecen en nuestro país para que una autoridad se haga de la vista gorda y esquivar una sanción, también es muy usual en estas culturas hispánicas.Este comportamiento permea a las sociedades en general, puesto que existe el fenómeno socio-comportamental que impulsa al ser humano a desear cosas mejores, a tener más para sí, la familia o un conglomerado u organización,y, en el afán de competir por dichos intereses, entra en el juego de la mermelada. ‘Interés cuánto valés´,es una frase manida que aplica a tamaña conducta, camino de corrupciones, generadora de inequidad e ignominia de tal manera que los recursos no llegan a las comunidades que los requieren para resolver las necesidades básicas como son la alimentación, la salud y la vivienda, y, si á destinos no indicados, provocando  desequilibrios económicos, que generan escasez en la mayoría de las personas de estratos bajos.Claro que todos tenemos intereses y conveniencias, estamos sujetos a una sociedad de consumo que encuentra en el hedonismo una meta por cumplir, puede vivir cómodo, satisfecho, disfrutando de lo que los sentidos determinan es lo ideal, parodiando a la vicepresidenta ‘pasar sabroso’.Ni el más masoquista quiere vivir en condiciones infrahumanas, sufriendo o en el displacer. La mermelada tiene que ver con el utilitarismo,propio de la especie humana competimos por la sobrevivencia en las mejores condiciones, estas en algún momento de la evolución fueron apareciendo socialmente y en la condición de ser gregarios, vamos desarrollando las diferencias de clase, donde de manera desafortunada las mayorías quedan al margen de los grandes capitales. La mermelada se ha hecho más explícita en el entorno de la política, dado que la elección a un cargo está beneficiado con recursos económicos que el elegido comparte con sus electores, casi siempre en cantidades ínfimas, que más parecen limosnas. Estamos involucrados en tan nefasta conducta que potencia los sobornos, conducentes a la corrupción invadiendo las esferas estatales que  tantos funcionarios con la política deshonestamente ejercida adquieren la patente de delincuentes. Esta realidad de la mermelada seguirá incólume, mientras existan tantas diferencias socio-económicas y la educación-formación de las nuevas generaciones no sea lo suficientemente exigente en la convicción y práctica de los principios axiológicos que determinan los buenos procederes. La mermelada  llegó para quedarse, lo corrobora y alimenta el afán desmedido del ser humano por tener bienes materiales  y desinteresarse por el bien hacer y las costumbres sanas que se fundamentan en las condiciones éticas y morales de la familia y seguidamente en la escuela. 
Frase: “La moral es muy importante para las personas, no para Dios” Albert Einstein.                                 
Rigoberto Escudero Osorio

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