Carta a los candidatos
Señor director: 

Respetados señores
La política  colombiana, requiere de una asepsia total y este procedimiento deberán hacerlo los mismos políticos, si apelamos al principio terapéutico de la medicina  homeopática :  similia similibus curantur( los semejantes se curan con los semejantes ). Interpretado de otra manera  más coloquial o lenguaje colombiano  :  “ Los males de la perra, se curan con pelos de la misma perra”, en virtud de la pasividad de un pueblo masoquista que sufre pagando con creces lo que no ha hecho:  dichosos los que sufren porque de ellos será el reino de los cielos , dichosos los que sufren porque ellos verán a Dios. Son ustedes, los privilegiados, quienes tienen la fórmula mágica de hacer los cambios que requiere el país para que haya bienestar social, más equidad, más inclusión, democracia de verdad y más oportunidades para todos los hijos de esta tierra, que también  merecemos algo de lo que a muchos les sobra, incluyéndolos a ustedes. Sí, los cambios, deberán hacerlo ustedes, porque en sus manos, mejor en sus cabezas, están inventariadas las necesidades recogidas, analizadas y prometidas las soluciones cuando han salido tantas y tantas veces a buscar votos para sus elecciones y re-re-re-relecciones indefinidamente. Ah…, si olvidaron el inventario de necesidades vs. soluciones, tómense el trabajo de abrir sus agendas y seguro que ahí en las páginas amarillas. con su puño y letra y con fechas muy antiguas, encontrarán el listado cuando tomaron nota en medio de la efervescencia y calor de un discurso retórico que duró mientras los aplausos servían de combustible de los ingenuos asistentes o de los áulicos que no faltan  defendiendo lo suyo o buscando acomodarse a un ladito de la silla del poder para disfrutar de las migajas del dueño del restaurante.  Señores candidatos : se aprecia una gana inmensa de llegar al palacio del poder, “ cueste lo que cueste”, con discursos que, quienes nos hemos preocupado por la vida política del país, nos sabemos de memoria la cartilla de promesas y soluciones que nunca llegan.      
Todo parece indicar que los apetitos personalistas, los egos agrandados, prevalecen sobre una verdadera doctrina ideológica, acompañada de valores y principios en una sociedad corroída por el cáncer de la corrupción , tratando de desprestigiar a sus contendores a veces con frases más cáusticas que de academia  política.. Los discursos parecen  vetustos monólogos de yo conmigo, ya que satisfechas las apetencias, se entra en un período de hibernación  política hasta la próxima campaña.   
El catálogo de necesidades, es el mismo con sus respectivas soluciones gaseosas, intangibles y abstractas, nada de cambios que renueven, que revolucionen  y que definitivamente esta Colombia sea la casa de todos y no de un  cuantos avivatos con  coronas de laureles como los grandes personajes de la humanidad.
En sus agendas, parece no tener como prioridad el empleo como solución  real y efectiva a  casi todos los problemas. Si de pronto se menciona por algún candidato se hace en forma queda y tímida. Si hay empleo, hay ingresos y si hay ingresos, hay bienestar. si hay empleo digno bien remunerado, hay ingresos suficientes para acceder a una buena educacion y salud, si hay ingresos, habrá techo, buena alimentación, menos estrés, recreación y buena salud mental, habrá menos violencia, necesidades satisfechas, menos ociosos, menos viciosos, menos ladrones y quizás menos corrupción, menos delincuencia, menos raponeros, menos atracadores. En síntesis, un pueblo con empleo, seguramente vivirá más feliz, habrá mejor convivencia y predisposición para aportarle al desarrollo de un país que trata a sus hijos con  igualdad y  justicia.
Cordialmente 
Elceario de J Arias Aristizàbal

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