El ego de Augusto
Señor director:
El doctor Luis Guillermo Giraldo Hurtado, jefe de la oposición al presidente, al menos en el departamento, escribió una magnífica columna que salió el 19 de agosto. Perfecta en lo que toca al contenido o mensaje, y también en la expresión, en el tratamiento del lenguaje (de hecho, no pude pescarle ninguna falla).
Habla del ego del emperador romano Cayo Julio César Octavio u Octaviano Augusto y lo compara con el ego del doctor Gustavo Francisco Petro Urrego. Dice Luis Guillermo que “bien lidiaba Augusto con su ego” y señala varias cosas que comprueban su tesis.
Con todo ello, el libro de Historia Universal que tuve la suerte de estudiar en el bachillerato, un texto fuera de serie escrito por un Hermano de La Salle, anotaba que el emperador, en su lecho de muerte, pidió un espejo, se miró la cara para ver si estaba bien peinado y afeitado, y dijo a los circunstantes: “¿Desempeñé bien mi papel? Aplaudid”.
Atentamente,
Don Cecilio Rojas
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