Simón Bolívar, mítico
Señor director:
Se han escrito sobre Simón Bolívar cualquier cantidad de páginas; seguidores y contradictores se trenzan históricamente en ‘batallas’ –tal vez como la de Boyacá- que dejan títeres sin cabeza en torno de un hombre casi mítico. Leyendo al escritor caldense Adalberto Agudelo Duque que ha publicado el libro “Simón Bolívar, la más grande mentira de la historia”, (2020), donde se ocupa de situaciones non santas de don Simón, me anima a agregar algunas reflexiones que contribuyen al debate en torno al caraqueño.
Cualquier párrafo del libro del autor mencionado puede ser objeto de análisis, de la página 54: Lucas Ochoa, el personaje de Fernando González, describe así al amo de San Mateo: ‘…los órganos genitales pequeños, los testículos duros y los cordones de que penden cortos. Así es su excelencia pues hoy nos bañamos juntos en el rio…’ ¿Era Bolívar hermafrodita como se describe en los documentos dedicados al síndrome de Klinefelter? Renglones adelante: “El monumento de Rodrigo Arenas Betancur, en la plaza principal de la ciudad de Manizales, es todo un discurso: el escultor supo aunar los conceptos de hermafroditismo y locura en la alegoría de Simón Bolívar: la gorguera del cóndor es privativa de las hembras”. Finalizando la página escribe “… y describen la disforia de género o intersexualidad”.
El concepto de hermafrodita está mal usado, pues en los seres humanos no existe el hermafroditismo, éste corresponde a otros organismos, y, que stricto sensu como decía ‘mi maestro’ Helí Alzate, es aquel organismo que en su proceso de reproducción puede fecundar y ser fecundado, simultáneamente, como pasa con la ameba y el caracol. Tampoco es cierto que los conceptos disforia de género e intersexualidad sean el mismo fenómeno, el primero es “la condición de inconformidad que tiene la persona con su sexo, queriendo modificarlo y lo hace realidad”, y, el segundo, la intersexualidad, es la ambigüedad en los órganos sexuales, por ejemplo un hombre que teniendo testículos desarrolla un útero y trompas de Falopio, o el de una adolescente que desarrolla un micro pene, un testículo y un ovario; a éste fenómeno se le llamaba en el pasado hermafroditismo.
Del mismo autor en La Voz del Lector de La Patria del lunes 19 de septiembre: “Simón Bolívar, el carnicero de Pasto, se tomó a sangre y fuego a Santafé de Bogotá el 18 de septiembre de 1819 poco después de la supuesta ‘batalla’ de Boyacá”. Fuerte aparte donde don Simón queda desacreditado de un plumazo. Manifiesta aquí el escritor tener un odio visceral por El Libertador, que poco contribuye al buen acontecer de las sociedades que construimos, preferimos acciones o conductas que permitan sobreponerse a las dificultades que por estos tiempos pasan. Aquí no hay apologías aduladoras, todas las personas tenemos en nuestras vivencias, situaciones que pueden reñir con los códigos de ética, tienen un cierto relativismo, y siendo de conocimiento público, se les hace juicios de valor que de alguna forma afectarán a los implicados. A manera de información el nombre completo de Bolívar era Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacio Sojo y Blanco.
“Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás, es la única”. Einstein
Rigoberto Escudero Osorio
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