De sofista a bufón (a propósito del alcalde Carlos Mario Marín)
Señor director:
El tema del bloqueo de usuarios de redes sociales, por parte del flamante “alcalde” de Manizales, no es nuevo. En 2019, el entonces candidato a la Alcaldía de Manizales, bloqueó mi cuenta de Twitter. En aquel momento, lo definí como un político sofista, no tanto por su oratoria, el arte que caracterizaba a los sofistas, sino por otra de las características de los mismos; que no les importaba mucho la verdad, cómo sí el convencimiento del otro.
Para los sofistas, el lenguaje era un instrumento de manipulación que servía para convencer al pueblo, para el “alcalde” lo son las redes sociales. A raíz de los últimos acontecimientos, y en general del tiempo que ha ejercido como “alcalde” de la ciudad, hemos podido evidenciar, que lo de sofista es intrínseco a su discurso, y a su manera de manipular. Lo importante es convencer, así sea con mentiras.
El “alcalde” tiene la habilidad de elaborar todo un discurso, que en esencia puede ser bueno, pero parte de una mentira (un dato manipulado, una historia contada a medias, un chisme, etc.); el sofismo en su máxima expresión. Esto es lo que se lee en el actual Plan de Desarrollo de Manizales: Manizales + Grande Es la estrategia de desarrollo que incorpora principios de gobernanza, eficiencia y transparencia en el uso de los recursos públicos, que busca garantizar que las dinámicas de crecimiento de la ciudad garanticen la sostenibilidad de las generaciones futuras, permitiendo que los integrantes de la sociedad disfruten de espacios con bienestar, vidas saludables, ambientes propicios para la convivencia ciudadana, donde la ciudad se convierta en el espacio para el libre ejercicio de derechos y deberes ciudadanos.
Con una movilidad que conecte a las personas a sus derechos (educación, salud, recreación, cultura, trabajo decente) y cuente con sistemas de transporte que privilegien la integración, el intercambio modal y la accesibilidad de las personas sobre los vehículos. Que cuide, valore y proteja los recursos naturales y establezca incentivos para que los ciudadanos disfruten de mejores espacios para un vivir mejor.
La verdad; todas cosas maravillosas, pero hasta ahora son pura retórica, pues se trata de convencer, no de decir la verdad. Ese es Carlos Mario Marín, desde que era candidato a la Alcaldía. La sensación de los manizaleños, es de que retrasó la ciudad, y por eso su imagen desfavorable del 74%, según Cifras y Conceptos. Ahora bien, el tema de Liberland, y todo lo que se ha hablado al respecto (hasta el Concejo de la ciudad habló), es puro realismo mágico, al mejor estilo de Gabo. A raíz de este tema, alguien en los medios calificó al “alcalde” con una palabra que creo lo define perfectamente: bufón. El utilizar su privilegio como “alcalde” para decir y hacer cosas burlescas (también grotescas), lo llevaron de ser sofista a bufón de la ciudad.
Enrique Florido
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