Don Elceario y la poesía
Señor director:
Asiduo corresponsal de este espacio es don Elceario de Jesús Arias Aristizábal, hombre honrado y cabal, más manzanareño que Monserrate y Guadalupe, los cerros tutelares de la Villa de la Cordialidad. Don Elceario es educador, fue rector de varios colegios del departamento y posee conocimientos sociológicos.
Pero lo que quizás mejor lo define actualmente es la poesía, arte que él considera “el súmmum y la quintaesencia de la literatura”. Y va uno a ver, y mentiras que es verdad, mentiras que es cierto. Suman alrededor de nueve los poemarios que ha publicado hasta el momento; actualmente prepara una antología de sus versos. El poeta es un creador de belleza. La lengua griega nos ofrece toda una panoplia de vocablos para penetrar en este ámbito: poíeema=obra, creación del espíritu, poesía, poema; poíeesis=acción, creación, composición; poieetées=creador, autor, hacedor, legislador, poeta; poieetikós=poético, inventivo, ingenioso, (arte) poética. En su escrito La magia de la poesía Elceario de J. recuerda que “ los poetas son los mensajeros de la creatividad y la belleza”. Y afirma que la poesía es una doncella que juega escondidijo con los lectores. Añade que “resulta interesante tratar de decodificar exegéticamente el mensaje sugerido por el autor”. Enseñan la Filosofía, la Metafísica y la Ontología que todo ser, todo ente, es uno, verdadero, bueno y bello. Unidad, verdad, bondad y belleza son los atributos trascendentales del ser y de Dios. Uno de los mayores teólogos del siglo XX, el padre Hans Urs von Balthasar, sostuvo que el trascendental de los trascendentales es la Belleza. Nuestro Elceario es cultor de la belleza.
Atentamente,
Jaime Pinzón M., pbro.
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