Aprendamos árabe y hebreo moderno

Señor director:

Así como don Efraim Osorio López ha venido publicando los tomos de sus Quisquillas con el propósito de que aprendamos Castallano de los errores del prójimo, así también aprendamos Árabe y Hebreo ahora que asistimos a tan irracional y terrible guerra.

Sabemos que “islam” es el término árabe que significa sumisión (a Alá, a Dios); que “muslim” quiere decir fiel de la religión musulmana. También sabemos que “yihad” se traduce por guerra santa. Pero desconocemos qué diablos es el nombre de Hamás, el grupo político-militar-terrorista. ¿Quién podrá darnos esta información?

Pasando al otro campo, el nombre de Palestina parece que viene de Filistim, como el Antiguo Testamento llama a los filisteos, enemigos de los israelitas. Jerusalén es “visión de paz”. Sión (se pronuncia Si-on, dos sílabas) significa “espejo”, según escribió fray Girolamo Savonarola en su comentario de los Salmos. Israel (Yishrael) se traduce por “fuerte contra Dios”.

Cuando los judíos leen sus libros sagrados no se atreven, por respeto, por temor reverencial, a pronunciar el nombre de Dios, Yahweh (=El que Es); dicen Adonai)=mi Señor, o HaShem=el Nombre, porque el nombre viene a ser la persona; uno pronuncia el nombre sin llegar a tocar lo sagrado, lo santo, lo divino.

Belén (Bethlehem, beit léjem) es casa del pan, panadería. Efectivamente, en esa aldea nació el Pan de vida, el Pan del cielo. Nazareth tiene por traducción... ¡Averígüelo Vargas... Lleras!

Atentamente,

Observador católico

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