Futbolistas, activistas y políticos
Señor director:
Frente a la cercana llegada de las semifinales de la Copa Mundial, es sorprendente saber que aún a estas alturas hay ciertos individuos, tanto a nivel nacional como internacional, que buscan arremeter en contra de las selecciones todavía presentes, reclamando por su participación dentro del “Mundial de los esclavos” e imponiendo a los futbolistas roles que no están en sus manos.
De ninguna manera hay que dejar de lado la responsabilidad moral que tenía cada combinado desde el inicio de la competición; sin embargo, con los constantes abusos de la FIFA, tenemos que valorar detalles como el de la selección alemana en fase de grupos.
Lo realmente inquietante es que las personas sigan reclamando a las selecciones, al principio del torneo incluso pidiendo que se negasen a participar, con lo cual surge la pregunta de ¿Qué tan justo es pedirle a una selección, por ejemplo, la de Marruecos que es la primera selección africana en llegar a una semifinal, que deje de lado su afición, su progreso e incluso un sueño de poder ganar la competencia, por las implicaciones sociales que este mundial trajo consigo? Ignorando incluso a grandes compañías deportivas como ESPN, que después de hablar mal de los jugadores, en uno de sus programas se regocijó mostrando los estadios donde se perdieron tantas vidas.
En conclusión, los futbolistas tienen cierta parte que hacer, pero deben estar libres de estas críticas o al menos, acompañados de las entidades que también tienen una responsabilidad con la protesta contra esta competencia.
Atentamente.
Mauricio Villada
No todo es para todos
Señor director:
Aunque, según un viejo adagio y dada la importancia de estas tres cosas, cada uno de nosotros desea tener para sí salud, dinero y amor, y todo aquello que contribuye a obtenerlos; no siempre, ya sea por las contingencias de la vida, por el azar o por el destino que se opone a nuestros deseos, podemos alcanzar esos tres anhelados bienes. No obstante, muchos desean obtenerlos a toda costa, y algunos, buscando uno solo de ellos, se olvida de los otros. Como aquellos que yendo en pos de la fortuna no vacilan en sacrificar los más importantes de los bienes: la salud y la vida.
Diego Osorio Ramírez
Diablo navideño
Señor director:
¡Qué falta de criterio, qué falta de juicio la de la Alcaldía de Riosucio! En vez de adornos navideños (pesebre, árbol, estrella, aguinaldos, campanitas, mula y buey, el Niño, la Virgen y san José, los pastores y las ovejas, los reyes magos, etc.), sacan el diablo del Carnaval. Puede ser un diablo gracioso, inofensivo, parrandero y hasta bacano (o antibacano), pero su momento es más tarde, en enero.
Exhibir el diablo en diciembre es irrespetar el sentimiento religioso de mucha gente. Definitivamente el sentido común es el menos común de los sentidos.
Atentamente,
Observador católico