LA PATRIA | Manizales

El belga Gunter Pauli parece colombiano por su español fluido, el conocimiento que tiene de la biodiversidad del país y la pasión con la que habla de los proyectos que ha apoyado y liderado en varios departamentos. 

Sin embargo, él es un ciudadano del mundo con base en Japón, padre del concepto de la economía azul, que fomenta un modelo que tiene como centro el respeto por el medioambiente. Un terrícola que busca inspirar a los demás con buenas historias, inteligencia emocional y emprendimientos innovadores.  

El ambientalista no deja de lado la conexión que tiene con Caldas, que está plasmada en el pabellón ZERI, ubicado en el Recinto del Pensamiento en Manizales. 

Un símbolo de la arquitectura y del tesón de la región que cumplirá 25 años en octubre.  

“Fue una iniciativa espontánea, fue con Néstor Buitrago, Mario Calderón, Emilio Echeverri y estos visionarios de la región. Decidieron hacerlo. Eso es increíble, no teníamos presupuesto. El terreno fue regalado por el Comité de Cafeteros Caldas, la Cámara de Comercio de Manizales puso un primer dinero ‘extorsionado’ a la Junta por Mario Calderón y había una gran voluntad de Simón Vélez de regalar sus diseños. Con esa voluntad ahora tenemos eso que ha inspirado a tantos, pero tenemos que inspirar a la nueva generación de los emprendedores”, recuerda Pauli. 

LA PATRIA aprovechó la visita del ambientalista a Manizales a principios de agosto para dialogar con él. 

- ¿Cuáles serían sus recomendaciones para Caldas para reactivar todo este boom que se dio hace 25 años con la construcción del pabellón ZERI?

Es muy difícil llegar a todo el mundo, pero tenemos que hacer el intento. Los medios de comunicación son la base de todo. Es mirar a la gente a los ojos, hablar, sentirse, saludarse. Por eso mi propuesta para reactivar este portafolio de oportunidades que he visto hace 40 años, cuando Mario Calderón me invitó por primera vez. Si llegas a recordar algo bueno cada día, vas a poner las semillas en el cerebro del niño de que el mundo es suyo y puede hacer una diferencia. Si contamos todas las guerras y todo lo malo, tendremos jóvenes deprimidos. Insistimos mucho en el STEM, en la ciencia, la tecnología, la ingeniería, la matemática. ¿Qué pasa con los otros que no tienen este enfoque de la ciencia de la ingeniería, pero que tienen corazón, emociones, interés en los pajaritos, en el arte? 

- ¿Estamos en una época en la que se habla más de inteligencia artificial que emocional, cuál cree que es la clave para fomentarla más? 

El año pasado fui invitado a Nueva York para desafiar a Chat GPT, preparé 10 preguntas y no pudo responder a ninguna: cómo subió la manzana al árbol, cómo sube el agua en el coco contra la ley de gravedad… la inteligencia artificial sí va a tener un papel importante en lo aburrido, lo repetitivo, pero al otro lado necesitamos este espíritu innovador, la curiosidad.

- ¿Cómo evalúa el medioambiente en Colombia, lo estamos perdiendo, estamos bajo un concepto tan trágico como lo plantea el presidente o hay esperanza?

Es dramático, pero tengo confianza en Susana Muhamad (ministra de Ambiente). Es recta, clara, humilde en sus ambiciones, sí está dispuesta a arriesgar políticas que no son populares para llegar a una verdadera protección y una regeneración del ecosistema, porque este puede recuperarse… el ejemplo es Gaviotas, cómo un gran maestro y un genio como Paolo Lugari logró tomar terrenos de una sabana donde nada crecía y hoy en día tener la biodiversidad del Orinoco recuperada. Se puede con 40 años de trabajo con las uñas. 

- Cali recibe en noviembre la COP16, ¿cómo Colombia puede aprovechar este escenario? 

Colombia fue el centro del Protocolo de Cartagena en el 2000, es decir, el país llama con el pasado decisiones globales para la protección de la biodiversidad. Lo que tiene que hacer el país ahora no es proteger, sino regenerar. Ese es el mensaje que tiene que salir, es el país donde tienes la primera prueba de la historia moderna de que sí se puede regenerar la biodiversidad y este será un mensaje positivo porque todos los análisis eran malos. Análisis igual a parálisis. No tenemos que escuchar el análisis de lo malo, tenemos que ver el gran ejemplo de Gaviotas: ocho mil hectáreas, un terreno regenerado. Hay 20 millones de hectáreas similares en Venezuela y Colombia. Si pudiéramos transformarlos en el bosque del Orinoco que era, con el ejemplo que Colombia ya ha dado durante 40 años, no es un proyecto que acaba de empezar… cómo existe: es una fundación de un lado y al otro tienes muchas microempresas. Este es el mensaje de la COP16: podemos recuperar y regenerar la biodiversidad. 

“Para mí Caldas es café. Es la diversificación de la gran abundancia del grano con todo lo que lleve: el hongo, la abeja melipona, el té de café; usted ya tiene todo esto, pero esto le va a dar una bonanza”, destaca Gunter Pauli.

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