El teniente de la Policía, de 29 años, nacido en Filadelfia, en el momento de la captura. Llevaba cinco en la institución.

Fotos | Cortesía | LA PATRIA El teniente de la Policía, de 29 años, nacido en Filadelfia, en el momento de la captura. Llevaba cinco en la institución.

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LA PATRIA | MANIZALES

La pena para el teniente de la Policía Yeison Leandro Mejía Vásquez, otrora comandante de Policía de Belalcázar, fue de 35 meses por encubrimiento por favorecimiento, en concurso con alteración, ocultamiento o destrucción de elemento material probatorio y abuso de autoridad por omisión de denuncia.

Por ser una condena menor a cuatro años queda libre, pero con unos compromisos. El caso, del 22 de mayo del 2021, fue muy sonado, pues la víctima era Andrés Felipe Córdoba Tamaniza, de 17 años, comunero del Resguardo Indígena Totumal.

Su cuerpo lo hallaron el 29 del mismo mes, en el río Cauca, a su paso por la vereda La Bastilla, sector El Calvario, de Arauca (Palestina).

Inicialmente, por este crimen, detuvieron al oficial y al campesino Juan Víctor Salinas Jaramillo, señalado de desaparecer el cuerpo.

Ambos buscaron un preacuerdo con la Fiscalía para aceptar cargos y obtener rebajas en la pena. Lo acordado con Juan Víctor fue avalado por el Juzgado Penal del Circuito de Riosucio (13 años y seis meses). Se estableció que no fue el que mató al indígena, sino que ayudó a desaparecerlo.

Colaboró con la justicia y de paso dio información para dar con los otros dos comprometidos en el asesinato, quienes ya fueron capturados.

 

Decisión

El Juzgado indicó que "se le concedió al teniente el subrogado, pues no participó directamente del crimen, sus delitos

atentan contra otros bienes jurídicos como la administración pública, la recta y eficaz impartición de justicia, obvio, con el reproche jurídico penal acorde con la gravedad del daño. La apoderada de la víctima, del Resguardo Indígena Totumal, apeló de la sentencia y va al Tribunal".

Añadió que se hace merecedor a la suspensión condicional de la ejecución de la pena, pues carece de antecedentes penales, tuvo detención preventiva por esta causa hasta obtener su libertad por vencimiento de términos y perdió su empleo.

"Se permite suponer fundadamente que no pondrá en peligro a la comunidad, que asumirá su error como un catalizador de su comportamiento futuro, siendo suficientes elementos de juicio para concederle dicha merced".

 

El crimen, en siete datos

  • 1- Desde el primer momento la comunidad señaló como culpable a Juan Víctor Salinas Jaramillo, alias el Mono o Pecoso, administrador de la finca El Recuerdo, de la vereda La Graciela, de Belalcázar. Al indígena le dispararon, al parecer, cuando se subió a un árbol de una finca a tomar frutas.
  • 2- El 19 de julio detuvieron a el Mono y al teniente de la Policía. No aceptaron cargos y los mandaron para la cárcel.
  • 3- El 14 de octubre del 2021 se le reformuló imputación a Salinas Jaramillo. Pasó de autor a cómplice de homicidio agravado, pues se determinó que no fue quién mató a la víctima. Aceptó cargos.
  • 4- Una patrullera expresó que la mamá del fallecido fue a la Estación y le reclamó al teniente porque no había detenido al señor de la finca (Juan Víctor). “Le contestó sulfurado y colorado, que por qué decían que el de la finca lo había matado”. Al día siguiente hallaron el cuerpo.
  • 5- La testigo añadió que el 2 de junio estuvo en el salón de belleza de la compañera permanente del teniente, donde ella le manifestó, entre otras cosas, que había escuchado cuando el uniformado hablaba por celular con otra persona y le decía: “Hermano, necesito que lo desaparezca, a mí no me puede aparecer en la jurisdicción ningún muñeco porque no tengo ningún homicidio”.
  • 6- La pareja del teniente agregó en ese diálogo: “Sé que Yeison conoce todo lo que le pasó al indígena. Es muy guevón porque llamó al man de la finca a decirle que cambiara de número de teléfono porque los de la Sijín lo estaban interceptando”.
  • 7- Juan Víctor aclaró que su participación fue posterior a la muerte. “Trasladé el cuerpo hasta una casa de una finca cercana, para luego ir a Belalcázar a comprar unas bolsas para empacarlo. Al regresar a embalar el cadáver verifiqué que no cabía en la bolsa, corté con una segueta las piernas, lo metí en las bolsas, luego en un costal, lo subí a la motocicleta y lo tiré al Cauca. No me pagaron por eso”.

 

El que habría disparado

El 9 de noviembre del 2021, la Policía reportó dos nuevas capturas por ese caso en la vereda La Graciela, de Belalcázar. Se trata de dos personas, de 60 y 72 años.

Les hallaron dos escopetas calibre 16, una pistola de fabricación artesanal calibre 38, con dos cartuchos del mismo calibre y dos celulares. Uno de ellos sería el que le disparó al menor indígena, al parecer, porque estaba robando frutas de un árbol. El otro ayudó a desaparecer el cuerpo.

 

Andrés Córdoba Tamaniza, de 17 años.

 

Juan Víctor Salinas Jaramillo.

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