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El ataque lo atribuyen a una banda delincuencial organizada. La Gobernación de Risaralda dispuso de un grupo especial de investigación, con un fiscal llegado de Cali. Ofreció $20 millones de recompensa por información para esclarecer la masacre.
LA PATRIA | MANIZALES
Sigue la incertidumbre para la familia de Francisco Uribe Ramírez, de 38 años, apodado Pipita y natural de Belalcázar. Él sería una de las cuatro víctimas de una masacre en la vereda Yarumo de Santuario (Risaralda), el pasado jueves. Las encontraron en una fosa, gracias a información de una persona que sobrevivió al múltiple ataque.
Como le contó el sábado a LA PATRIA Francisco, su padre, creen que Pipita está entre los fallecidos porque la secretaria de Gobierno de Belalcázar habló con la Inspectora de Santuario y, con una foto enviada, le confirmaron que es uno de los cuatro asesinados. Sin embargo, Medicina Legal no lo ha confirmado.
Este medio habló con Francisco.
¿Qué les han dicho sobre la identidad de Francisco?
Ya lo reconocieron por los expansores en las orejas y tatuajes en la nuca, pero no tiene huellas digitales y sin eso se debe acudir a prueba de ADN. El cuento se prolongó, nos tienen en ascuas. Estamos en una incertidumbre muy grande.
¿Qué hacía él en esa zona?
Hace como 3 o 4 meses vinieron por él acá al barrio La Quiebra y se lo llevaron. Lo sacaron una tarde. Trabajaba en un laboratorio de vicio, le pagaban con droga. Eso es una olla donde la gente entra a laborar y a consumir.
¿Es cierto que le advirtieron varias veces que no preguntara por su hijo?
Cada que preguntábamos que dónde estaba, la respuesta era que no lo buscáramos, que eso era zona roja y peligrosa, olla de expendio y consumo. Nos amenazaban. A quien le indagábamos por esa finca en Santuario nos advertía que no nos metiéramos en eso.
¿Cambió mucho su hijo?
Mi niño cambió horriblemente físicamente. Parecía un desechable, sin ofender a nadie. Uno lo conocía porque es el padre. Todo debe ser producto del consumo y de lo que le tocaba hacer allá.
Antes.
Después.
Los otros
- El otro caldense, ya identificado, es Carlos Alberto Bernal Osorio, nacido en Anserma en 1993, apodado Pelirrojo, habitante de Santuario e investigado por, al parecer, pertenecer a una banda de expendio de bazuco.
- César Augusto Quiceno Duque, natural de Ríofrío (Valle del Cauca), residente en La Virginia y quien pagó cárcel por estar en una banda del barrio San Carlos. Es otro de los identificados.
- Everledy Mauricio González Villada, nacido en Riofrío, tercer identificado,
- El cuarto es Cuerpo No Identificado (CNI). LA PATRIA conoció que efectivamente los rasgos concuerdan con Pipita, pero hay que esperar una semana la prueba de ADN.