Si usted vive en Manizales seguramente ha parado a un costado del Parque Caldas o en una esquina de El Cable a comer empanadas. Sí, ese tradicional alimento colombiano que sirve para hacer una pausa, para tomar el algo o simplemente para pasar un momento agradable.

El sitio es La Plancha, empresa manizaleña con 20 años de trayectoria en la ciudad y que tuvo que reinventarse para mantenerse vigente.

La empresa nació con "un par de soñadores", según cuenta Karen Jazmín Pinilla Arroyave, la gerente general. "Mi papá toda la vida fue comerciante, solo hizo primero de primaria. Y mi mamá tampoco terminó el bachillerato, pero los dos eran muy buenos comerciantes. Toda la vida en la casa vimos pasar carros, vacas, tomates, todo lo que se pueda vender y comprar".

Así surgió la idea de darle vida al emprendimiento y la pareja lo hizo en el 2005 como respuesta a un local al que le veían futuro, el del Parque Caldas, en la calle 29. Intentaron minimarket, carnicería, heladería, entre otros negocios, pero nada les funcionó.

Hasta que un día les llegó la idea de las empanadas. "Dijeron: 'Vamos a hacer unas empanadas bien deliciosas, las más ricas', y empezaron a hacer pruebas en la casa. En ese momento yo estaba estudiando en Bogotá Ingeniería Mecatrónica y ellos dos arrancaron. El primer día que abrieron vendieron 3 mil unidades", añade la gerente.

En esa época eran tres personas: la mamá de Karen, Gloria Patricia, actual gerente de compras y tesorería; un socio y una empleada. El papá, Uriel, estuvo en la formulación del proyecto, pero su foco era en la Galería. Hoy generan 18 empleos directos y 10 indirectos. Son un total de 28 familias que giran en torno a La Plancha.

Evolución

En sus comienzos, las empanadas se hacían directamente en el mismo punto de venta. Como les estaba dando resultado, decidieron crecer en la ciudad y a lo largo de estos 20 años han abierto 12 locales, de los cuales hoy sostienen cuatro y en uno de ellos funciona la fábrica de producción.

"Ahora tenemos tres líneas de productos. Hay unos a base de maíz (amarillo y blanco) y otros a base de harina. En las empanadas iniciamos solo con la tradicional y hoy tenemos ocho sabores. Y manejamos tres tipos de arepas", destaca Pinilla.

Para mantenerse en el mercado, la empresa debió extender su oferta y llegar a supermercados y al canal horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías), a los que les vende el producto congelado, además de una línea digital.

"En el 2005 hacíamos empanadas y arepas. Hoy nosotros diseñamos, fabricamos y comercializamos alimento confiable con sabor a Colombia que conecta el gusto con las raíces. Aprendidos que los sabores son una búsqueda de todos los seres humanos. Es decir, se reacciona bien ante un alimento porque lo está estimulándolo emocional y sensorialmente".

Karen Pinilla es la gerente general de La Plancha, empresa de empanadas en Manizales.

Dos momentos duros

Karen Pinilla recuerda dos momentos difíciles en estos 20 años. El primero fue la muerte de su papá y el segundo, la pandemia. "A nivel personal creo que cuando se dice que la gente tiene que dejar los problemas en la casa y llegar al trabajo, en una empresa familiar, eso es imposible. Los problemas que usted tenga de la puerta para dentro, igual la misma persona es con la que va a trabajar. Entonces es todo un reto, aprender a trabajar con la familia".

"Y en la pandemia porque la expectativa, la proyección, todo cambió y me quedo con una frase que alguna vez la decía con mi mamá y es: 'Aprendimos a navegar en mares difíciles'. O sea, cuando se pone difícil el mar, toca aprender a navegarlo".

Así, Pinilla Arroyave tomó en definitiva las riendas de la empresa y la llevó a darle un vuelco para posicionarla en el mercado a través de programas de la Cámara de Comercio, Fábricas de productividad y Empresas de alto potencial de Manizales Más. Hoy, además de Manizales, llegan a Villamaría, Chinchiná, Anserma, Neira, Pensilvania, Marquetalia y Pereira con el producto congelado que tiene una vida útil entre 6 y 12 meses.

"Sí tenemos la capacidad de enfrentar esos vientos difíciles, esas cosas que no estabas esperando y el fundamento ha sido Dios, ha sido nuestra fe. Sin eso es imposible, el ancla que nos sostiene es nuestro Dios", asegura.

Esa fe y el trabajo ha llevado a que la empresa fabrique hoy 70 mil unidades mensuales.

Desafíos

La gerente general de La Plancha es consciente de que hacer empresa no es fácil, y menos en un mundo dominado por la tecnología "porque hoy la inteligencia artificial ha acelerado lo que tenía que pasar. Un ejemplo: decían en una conferencia en estos días, 'en 2 años evolucionamos 30 años'. Creo que a la velocidad que vamos hay que aprender a pensar. ¡Uf, es decir, parar!".

Con esa premisa está convencida de que una empanada es la excusa que el mundo necesita para hacer una pausa, para salirse de la dinámica del día a día y deleitar un deliciosa bocado.

"Tenemos que entender que si bien vamos a una velocidad, una empanada es una solución rápida. Si usted tiene hambre y hacer una vuelta, ¿qué es mejor que comerse una empanada caliente, tostada y rica? Es un consumo de 15 minutos en el que va a saborear y lo va a conectar con una emoción que a pesar de que no sea consciente de ella, lo está llevando un momento de paz y tranquilidad que tuvo en algún momento cuando la abuelita o la mamá le estaban haciendo la empanada", concluye Pinilla.

En Manizales

Los cuatro puntos de La Plancha en Manizales son El Cable, Las Palmas, el Parque Caldas y San Jorge, donde también funciona la planta de producción.

Tres líneas de producción

Maíz amarillo: empanadas

Maíz blanco: arepas

Harina: hojaldres, pasteles y productos a base de queso.

La frase

"Las empanadas son algo que recordamos porque quién no se ha comido una que se le hizo la abuelita, que disfrutó en un cumpleaños y que cuando decimos Colombia, conectamos el gusto con las raíces": Karen Pinilla, gerente de La Plancha.

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