Desde su puesta en marcha, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) ha hecho énfasis en que la búsqueda de quienes han sido desaparecidos en ocasión del conflicto armado es una tarea integral de país. Por ello, avanza en acciones de articulación que contribuyen a dar respuestas oportunas a la ciudadanía. 

Como parte de este ejercicio, el trabajo conjunto entre este mecanismo -la Registraduría Nacional de la Nación, la Arquidiócesis, la Mesa de Víctimas del Quindío, la Alcaldía de Pijao y el Hospital Santa Ana de ese municipio- permitió la intervención del Cementerio Jardines de San José de Pijao y, con ello, la recuperación de dos cuerpos que corresponderían a personas desaparecidas en este departamento.

"Nosotros siempre hemos hablado de que la búsqueda no se hace sola. En esta oportunidad fue clave el trabajo en equipo entre la investigadora, las personas del municipio como el párroco, el registrador y doña Ligia Villamil. Ellos, con sus aportes, permitieron dar con los sitios de interés forense y con las posibles identidades de dos cuerpos inhumados", expone María Alejandra Ortiz, antropóloga forense de la UBPD para la Región Occidente, a través de un comunicado compartido por la institución. 

Identificación de restos 

Los cruces permitieron encontrar la ubicación actual del cuerpo de Juan Rodríguez, un joven oriundo de Ibagué, cuya desaparición se dio cuando tenía 15 años y fue vinculado a un grupo armado no estatal. Desde ese momento sus seres queridos perdieron su rastro y nunca supieron que sus estructuras óseas habían sido identificadas y que reposaban en Pijao bajo la categoría de Identificado No Reclamado (CINR).

De igual manera, la segunda persona recuperada, cuya familia está siendo buscada, era oriunda de Nariño, en el suroriente antioqueño. Los relatos recogidos mencionan que se trata de una persona que se encontraba recolectando café en la zona rural de Pijao cuando fue asesinado por un grupo armado no estatal. Ahora, la UBPD agudiza sus acciones para encontrar a sus seres queridos para así poder entregarlo. 

"El potencial forense de este municipio radica en que su ubicación es estratégica entre Quindío, Tolima y Valle del Cauca, en sus zonas cordilleranas. Esta fue una condición apetecida como corredor estratégico para grupos armados. La presencia del Frente 50 de la extinta guerrilla de las Farc-Ep en esta zona generó múltiples muertes y bajas en combate, cuyos cuerpos normalmente eran llevados a cementerios de municipios cercanos, donde eran ingresados como CNI", concluye la antropóloga forense Ortiz.

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