En Dosquebradas, la preocupación por el aumento de los piques ilegales sigue en ascenso, con eventos que atraen a numerosos espectadores y motociclistas, convirtiendo las calles en escenarios de carreras clandestinas. 

Aunque las autoridades han intentado contener el fenómeno a través de operativos y mesas de diálogo, la situación persiste, con grupos de motociclistas cambiando sus puntos de encuentro y evitando la intervención policial.

Medidas propuestas y operativos actuales

El alcalde Roberto Jiménez Naranjo, junto con la Policía y los gremios de motociclistas, discutió en mesas de diálogo la posibilidad de restringir el tránsito de motos después de las 10 de la noche, pero hasta el momento esa medida no ha sido implementada. 

Según Yeison Palacios, secretario de tránsito y movilidad del municipio industrial, los operativos se realizan en aproximadamente cinco puntos críticos de la ciudad, pero la falta de personal ha dificultado la cobertura completa de todas las áreas donde se llevan a cabo los piques.

Los puntos principales donde los motociclistas se reúnen para estas actividades ilegales incluyen:

• Villa del Campo.
• Las bodegas de La Badea.
• El sector de Monte Bonito.
• La Sultana.
• Villavento.

Los motociclistas cambian de zona de encuentro cuando ven que hay operativos en uno de los lugares elegidos, dificultando que las autoridades eviten los piques. Así sucedió en la noche del jueves 19 de septiembre, cuando un grupo de motociclistas se reunió cerca al barrio Tejares de la Loma, en la avenida del Ferrocarril, para evadir los controles que se realizan en Villa del Campo.

En los vídeos que circularon por redes sociales se ven personas reunidas al rededor de lo que parece ser un evento legal, con motos de alto cilindraje. 

Palacios señaló que el problema no solo está vinculado a los residentes locales, sino que motociclistas de alto cilindraje provenientes del norte del Valle y Armenia también participan en estas actividades.

Piques y delincuencia: un problema en aumento

Los piques ilegales en Dosquebradas no solo representan un peligro en términos de accidentes de tránsito, sino que también han dado lugar a apuestas, venta de autopartes y microtráfico, según confirmó el secretario de tránsito. 

Además, en muchos casos, cuando ocurre un accidente, los participantes recogen a los heridos y las motocicletas rápidamente, evitando reportar el incidente de inmediato. Esto dificulta a la Policía obtener un registro exacto de los accidentes vinculados a estas carreras ilegales.

"Cuando ocurre un accidente en los piques, no lo reportan de inmediato. Recogen la moto y al herido, y más tarde, después de varias horas, llevan a la persona a un centro de asistencia médica que no esté ubicado en Dosquebradas" mencionó Palacios.

Acciones en conjunto y respuesta de la comunidad

A pesar de los esfuerzos por controlar la situación, los operativos siguen encontrando resistencia. Los moteros ilegales, en algunos casos, actúan de manera agresiva, arrojando sus motocicletas contra los agentes y, en ocasiones, atacándolos verbalmente. 

No obstante, los clubes de moteros organizados de Risaralda han cooperado con las autoridades, promoviendo la pedagogía y el respeto a las normas entre sus miembros. El alcalde se comprometió a apoyar a estos clubes con la creación de una pista de motociclismo, aunque este proyecto aún no ha sido materializado.

"No se trata solo de evitar que pongan en riesgo sus vidas, sino también la de los demás. Los operativos seguirán siendo constantes para intentar frenar estas prácticas peligrosas", comentó el secretario.

Menores involucrados y la cultura de la ilegalidad

Uno de los aspectos que mas alarma a la administración local es la participación de menores de edad en los piques ilegales. Muchos de estos jóvenes conducen sin casco, sin luces, y a menudo sin la documentación requerida para transitar. 

Las autoridades han encontrado menores provenientes de fuera del municipio participando en estas carreras, lo que agrava aún más la situación.

El aumento en los piques también está vinculado a una cultura de ilegalidad relacionada con la falta de licencias de conducción y la proliferación de motociclistas que no han recibido entrenamiento formal. 

"La mayoría de las infracciones se deben a que los conductores no tienen licencias o sus motos no están en regla. Estamos abordando este problema con puestos de control y campañas educativas en colegios y en la calle," señaló el secretario de tránsito.

Próximos pasos

Ante la persistencia del problema, las autoridades planean fortalecer los operativos de control, tanto de día como de noche, y seguir trabajando en conjunto con los clubes de moteros organizados para educar y crear conciencia sobre los peligros de los piques ilegales. 

Se espera que la presencia policial y los operativos preventivos logren disuadir a los participantes de continuar con estas prácticas.

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