El Nevado de Santa Isabel, una de las principales reservas hídricas del país, se encuentra al borde del colapso. El deshielo constante y las alteraciones en el equilibrio térmico de los ecosistemas de alta montaña están llevando a este gigante glaciar a una desaparición inminente.

Según la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder), la situación es crítica y exige acciones urgentes de mitigación y adaptación frente al cambio climático.

Una fuente de agua clave para Risaralda

Ubicado entre los departamentos de Risaralda, Caldas, Tolima y Quindío, el Nevado de Santa Isabel es una fuente primordial de agua para múltiples municipios del Eje Cafetero. Este ecosistema glaciar forma parte del Parque Nacional Natural Los Nevados, una reserva natural de vital importancia para el equilibrio ambiental y la seguridad hídrica del centro-occidente colombiano.

El derretimiento del nevado amenaza directamente al páramo de Santa Isabel, un ecosistema estratégico para la regulación del ciclo del agua y la biodiversidad. Este páramo actúa como una esponja natural que captura y libera agua de manera progresiva hacia las cuencas hidrográficas que abastecen a miles de habitantes de Risaralda y departamentos vecinos.

Una agonía anunciada: el testimonio de Carder

Julio César Gómez, director de la Carder, ha sido claro y contundente sobre la magnitud de la crisis: “El gigante de Santa Isabel agoniza ante nuestra impotencia porque realmente no tenemos nada para hacer. Muchas de las acciones que debimos hacer como especie debieron realizarse hace 30 o 40 años”.

Gómez advirtió sobre la “mutación ecosistémica” que se está generando en los trópicos húmedos de los Andes debido al calentamiento global, y cómo los páramos son los primeros en resentir estas transformaciones. Estas alteraciones no solo afectan la biodiversidad, sino que comprometen la seguridad hídrica de toda una región.

Evidencia científica: el nevado podría desaparecer en menos de 3 años

Estudios del IDEAM (Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales) y análisis de expertos coinciden en un pronóstico alarmante: el Nevado de Santa Isabel podría desaparecer por completo en los próximos tres años, de continuar el actual ritmo de deshielo.

Sin embargo, algunos científicos sostienen una hipótesis más alentadora: aunque el glaciar desaparezca, podría surgir un nuevo ecosistema de páramo estacional, que permitiría conservar parcialmente la función reguladora del agua. No obstante, esta transición implicaría cambios profundos en la flora, fauna y dinámica climática de la zona.

Gestión ambiental desde las corporaciones regionales

Ante este panorama, las Corporaciones Autónomas Regionales del Eje Cafetero y del Tolima han intensificado sus esfuerzos de conservación y educación ambiental. Estas instituciones trabajan en proyectos de:

• Monitoreo permanente del glaciar y sus microcuencas.

• Restauración de ecosistemas de páramo.

• Educación comunitaria sobre el uso eficiente del agua.

• Políticas de adaptación al cambio climático.

Sin embargo, como reconocen sus propios directivos, estas acciones son ya reacciones tardías frente a un problema global que debió haberse enfrentado décadas atrás.

¿Qué se puede hacer?

La única salida es una combinación de medidas a nivel local, regional y global. Es urgente reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, fortalecer la educación ambiental y promover el uso responsable de los recursos hídricos. Aunque el retroceso del glaciar parece inevitable, aún hay oportunidad de proteger el ecosistema de páramo que podría surgir tras su desaparición.

* Esta información es producto de la alianza entre el periódico LA PATRIA y el Canal Regional Telecafé.

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